Knightriders (1981)

Retrospectiva Camelot: Episodio 20 (Última entrega del año)

1981 fue un año especial para los seguidores del mito artúrico ya que se estrenaron dos películas que quedaron en el recuerdo entre las mejores producciones de esta temática.

El mismo día que llegó a los cines norteamericanos Excalibur, la obra épica de John Boorman, también se estrenó Knightriders, una joya de la filmografía de George Romero que trabajó este tema con un enfoque diferente.

El director que tres años atrás había realizado Dawn of the Dead en este caso sorprendió con un drama de aventuras que trabajó la leyenda del Rey Arturo desde una perspectiva muy original.

Ed Harris, en su primer rol importante en el cine, interpreta a King Williams, el líder de una agrupación de artistas que recrean justas medievales con motocicletas en los años ´80.

El protagonista maneja la conducción del grupo del acuerdo a los ideales del Rey Arturo. William no vive el personaje en sus espectáculos sino que sus principios personales están influenciados por los valores del Rey de Camelot.

Algo que le genera un conflicto personal en un mundo moderno que considera la conducta noble de los caballeros como un relato arcaico de ficción.

La agrupación empieza a tener éxito a nivel popular y llama la atención de un productor de espectáculos que les propone modificar los shows que ofrecen con mayor dosis de violencia.

Morgan Le Fay, interpretado por un brillante Tom Savini, se ve seducido por la propuesta y trata de convencer al resto de los motoqueros para que acepten el cambio.

De esa manera empieza a desmoronarse el reino de Camelot, representado en la agrupación de artistas, cuando los compañeros de King Williams empiezan a olvidar los principios que fundó el grupo.

Romero en este caso tomó los elementos clásicos del mito artúrico para trabajarlos en un interesante drama sobre la integridad artística.

King Williams tranquilamente podría ser considerado un alter ego del propio director que expresó sus miedos de venderse a los grandes estudios, para hacer sucesos más comerciales con los que no se identificaba.

Algo que eventualmente ocurriría con Romero luego de Knightriders, cuando comenzó a trabajar en Creepshow, que representó su primer trabajo para una compañía de Hollywood.

Por otra parte se analiza el rol que tienen los valores del Rey Arturo en una sociedad moderna cada vez más obsesionada con el morbo y el consumismo.

Más allá de las secuencias de acción y la aventura, el director presentó uno de sus filmes más originales que lidia con temáticas interesantes.

La película contó además con un muy buen reparto donde se destacan algunas caras conocidas de las producciones de Romero, como Ken Foree, Patricia Tallman (quien luego protagonizaría la remake de La noche de los muertos vivos) y Tom Savini, quien sorprende con una muy buena interpretación dramática.

Esta fue una rara ocasión donde pudo componer un personaje en lugar de tener una breve participación secundaria.

El film de Romero tal vez se alarga un poco durante los 142 minutos de duración, debido a que incluye varias subtramas que giran en torno al conflicto central, sin embargo su trabajo nunca se hace aburrido.

Knightriders es un ejemplo de la enorme riqueza que tiene la mitología del Rey Arturo.

Podes trabajar a los personajes en una historia de motoqueros y la esencia del drama de Camelot sigue intacta.

En el momento de su estreno este film recibió muy buenas críticas y hasta la fecha sigue siendo uno de las obras más aclamadas del director.

Un para de Datos Locos:

-Los productores tuvieron que pagarle una suma de dinero a los productores de la serie El auto fantástico (conocido originalmente como Knight Rider) para mantener el nombre Knightriders y de esa manera evitar una demanda por plagio.

-Al comienzo de la película se puede un cameo especial de Stephen King y su esposa como espectadores del espectáculo de los motoqueros.

Este es el avance original del film.