El esquema fenicio: Lo nuevo de Wes Anderson
Este año parte de la prensa internacional que cubrió el Festival de cine de Cannes abucheó la nueva película del director Wes Anderson, El esquema fenicio, que cosechó una recepción tibia en las reseñas.
Una objeción recurrente en las últimas producciones del realizador se relaciona con el predominio de una puesta en escena virtuosa que opaca los contenidos argumentales y derivó en una fórmula redundante.
Aunque su reciente obra no consigue resolver esta cuestión al menos es más divertida que The French Dispatcher y Asteroid City.
En una entrevista que dio el mes pasado en un canal de televisión estadounidense Anderson comentó que para este proyecto tenía en la cabeza una premisa que deseaba explorar en torno a los millonarios excéntricos pero el cierre del argumento recién lo encontró durante el desarrollo del rodaje.
Un tema que explica por qué la trama de la película se siente tan improvisada.
Benicio del Toro encarna a un empresario oligarca que termina involucrado en una ridícula intriga de espionaje mientras intenta enmendar el vínculo con su hija, una monja que no comparte sus valores de vida.
Un personaje interpretado por Mia Threapleton, la hija de Kate Winslet, quien conforma una muy buena dupla con el protagonista.
Entre las novedades positivas Michael Cera resulta una gran adición dentro del elenco y se acopla a la perfección con el estilo de comedia que propone Anderson.
El esquema fenicio tiene un comienzo muy sólido con este trío de personajes que es interesante de seguir hasta que el director pierde el foco del film y el espectáculo se convierte en una colección de viñetas extravagantes.
Pese a su corta duración de 105 minutos hacia el final la trama se siente más larga de lo necesario y queda la impresión que el mejor contenido lo vimos en la introducción de los protagonistas.
La gran mayoría de los artistas conocidos que conforman el reparto, que incluye a Scarlett Johansson, Willem Dafoe, Benedict Cumberbatch y Bill Murray, terminan desperdiciados en roles limitados a una breve participación.
Mejor suerte tuvieron Tom Hanks y Bryan Cranston, quienes componen una dupla estupenda que aporta muy buenos momentos cómicos.
En los aspectos técnicos no hay sorpresas y Anderson ofrece otra obra intachable con la tradicional paleta de colores suaves que sobresale en la fotografía, la simetría en los encuadres y los detalles en los diseños de interiores que son parte de su identidad como cineasta de autor.
Si bien El esquema fenicio está muy lejos de sobresalir como una labor inspirada del director, tampoco merecía la crucifixión de Cannes y consigue ser entretenida gracias a las interpretaciones destacadas de Michael Cera y Benicio del Toro.