Reseña de The Dirt: La biografía de Mötley Crüe

Calificación: B+

Con todas sus imperfecciones The Dirt, la biografía de la banda Mötley Crüe me pareció completamente superior y más entretenida que la hipócrita Rapsodia Bohemia, que salvo por la interpretación de su protagonista no tenía ningún mérito notable para ser nominada al Oscar como Mejor Película.

Una producción que intentó hacernos creer que sólo Freddy Mercury era el único integrante de la banda que se dejó llevar por los excesos en la escena del rock de los años ´70, mientras el resto de sus compañeros eran intachables padres de familia.

El problema con The Dirt es que el formato de película le quedó chico, ya que al tratarse de una de las agrupaciones más infames en la historia de este género musical, la trama se podría haber desarrollado en una serie de televisión que cubriera varias temporadas.

Nunca fui fan de Mötley, de las banda de los ´80 siempre me gustó más Bon Jovi, Def Leppard, Tesla, L.A.Guns, Cinderella y Guns N´Roses. Por lo general me enganchan más las canciones de ellos orientadas al rock que al heavy metal.

Mi tema favorito del grupo siempre fue Don´ t Go Away (Just Go Away), del disco Dr.Feelsgood, que tuvo el video clip dirigido por Mary Lambert, la realizadora del clásico, Cementerio de animales.

Mötley es una banda que lamentablemente a nivel popular quedó más asociada por los escándalos que por su arte, algo que es una pena porque dentro del género en el que se desenvolvieron eran realmente muy talentosos.

Tampoco ayudó que tuvieran muy mala reputación en el ambiente de la música, donde se llevaban pésimo con la mayoría de sus colegas.

The Dirt es una película basada en la biografía homónima que editaron los artistas en el 2001, donde retrataron con mucha honestidad la verdadera historia de la banda, con todas las cosas positivas que vivieron, los escándalos y la tragedias personales.

La versión cinematográfica dirigida por Jeff Tremaine, creador de la serie Jackass, me pareció una muy buena producción dentro del género que no tiene miedo de meterse en el barro a la hora de retratar los orígenes del grupo.

Creo que el film está en perfecta sintonía con lo que uno podía esperar de una biografía de Mötley Crüe.

No sé si es una propuesta para todo el mundo. Tiene escenas bastante desagradables relacionadas con situaciones escatológicas y el abuso de las drogas, pero son situaciones que tienen sentido dentro del contexto bizarro en el que se desenvolvían estos tipos que no superaban los 25 años.

Hubo dos cuestiones que me gustaron mucho de esta propuesta.

En primer lugar la honestidad con la que manejaron la historia y el retrato de los músicos.

The Dirt le escapa a esa indulgencia extrema de Rapsodia Bohemia, que en lo personal me generó rechazo por su hipocresía, y tiene una mirada crítica de las cosas que hicieron los músicos.

Salvo por el guitarrista Mick Mars, quien debido a su personalidad centrada es el único integrante al que se le toma cariño con facilidad, ninguno de los otros miembros quedan bien parados.

En el caso de Tommy Lee no se esconde su tendencia hacia la violencia de género contra las mujeres, la adicción de Nikki Sixx se describe de un modo brutal y hasta casi terrorífico y Vince Neil parece un adicto al sexo con una incapacidad absoluta para establecer un vínculo íntimo.

A lo largo de la película uno sigue sus locuras, pero reitero, salvo por Mars es imposible empatizar con los músicos porque eran sujetos desagradables.

Otra virtud que le valoro a The Dirt es la responsabilidad con la que manejaron el retrato de los excesos y la adicciones.

Lejos de glorificar las acciones de los artistas la narración de Tremaine es muy cruda y honesta con el tema.

En la primera mitad del film, que se centra en los orígenes del grupo, el mundo del «sexo, drogas y Rock and Roll» nos parece una fiesta y hay escenas desopilantes que despiertan algunas carcajadas.

La zarpada aparición de Ozzy Osbourne en la ficción brinda uno de los momentos más bizarros de esta biografía que no recuerdo haber visto en ninguna otra película.

Sin embargo, lo que en un principio uno ve como situaciones curiosas y divertidas luego se convierte en una odisea cuando la narración de Tremaine se sumerge en la oscuridad.

La vida descontrolada que parecía divertida después resulta una experiencia deprimente, patética y hasta desoladora.

En ese sentido aplaudo la responsabilidad de Mötley Crüe en haber sido honestos con esta cuestión.

La fiesta del «sexo, drogas y Rock and Roll» puede ser divertida pero no es eterna y cuando el mozo trae la cuenta en la mesa el costo es enorne.

Los excesoS y el descontrol que vivieron no fueron gratuitos y todos pagaron un alto precio en su vidas personales.

Hay un escena que retrata esta cuestión a la perfección y es tremenda.

La secuencia narra 24 horas en la vida de Tommy Lee durante una típica gira de la banda. La situación comienza con el baterista esposado a una cama. No sabemos por qué se despierta de esa manera, el detalle se revela en el remate de la escena, y la cámara sigue la jornada con la cámara que toma su punto de vista.

La degradación humana en la que termina involucrado es impactante de ver y eso tan solo retrata 24 horas de un tour.

Dupliquemos esos hechos por toda las giras que hicieron y es una auténtico milagro que estos sujetos sigan vivos porque el ritmo frenético que llevaban no era para cualquiera.

The Dirt obviamente no cuenta todo tal cual ocurrió y tampoco está excenta de algunas distorsiones en los hechos que se presentan.

Por ejemplo, en un momento se dan a entender que el manager Doc McGhee fue despedido por forzar un encuentro entre Nikky Sixx y su madre.

Falso.

McGuee quedó desvinculado tras el famoso Festival de Moscú de 1989, donde Tommy terminó a las trompadas con el famoso representante. La causa se debió a que los miembros de Mötley entendían que Doc le daba privilegios a Bon Jovi, sus otros clientes, mientras que ellos quedaban marginados.

Si hubiera que objetarle algo a The Dirt es que se quedó corta con la duración y el espacio que se le da a la música.

Me hubiera gustado conocer un poco más sobre la gestación de sus trabajos más famosos y eso no lo llegamos a ver porque todo se centra en sus escándalos personales.

Tampoco cubrieron los entretelones del Festival de Moscú que fue muy controversial por el choque de egos que hubo entre las diversas bandas.

Hacia el final la resolución quedó demasiado acelerada y se siente como que falta todo un tramo del film.

Con respecto a las interpretaciones me parecieron sobresalientes.

Se destacan especialmente Douglas Booth ( Nikki Sixx), Daniel Weber (Vince Neil) y el rapero Colson Baker (Tommy Lee), quien tiene un notable parecido con el baterista.

A quienes les interese estos temas The Dirt, que se estrenó el viernes pasado en Netflix, es una biografía muy recomendable que merece sus visionado.

Este es el avance.