Reseña del reboot de Noche de paz, noche de horror (2025)
Tras el controversial estreno de 1984, El sangriento Papá Noel se convirtió en un fenómeno de culto y consiguió desarrollar una franquicia que sigue vigente en la actualidad.
La historia de Billy Chapman, un niño testigo del asesinato de sus padres que luego se convertía en un asesino a raíz de los abusos padecidos en un orfanato católico, generó polémica en los medios por la representación del ícono navideño.
El tema es que a los fans del slasher no les importó nada y, gracias a las ventas en video, el film consiguió cuatro continuaciones.
Por esas paradojas hermosas de la vida, la quinta entrega, de 1991, la protagonizó Mickey Rooney, el actor que lideró en Hollywood el boicot al film original.
En 2012 se estrenó una buena remake con Jamie King y Malcolm McDowell, cuya continuación se pinchó y dio origen a este nuevo reboot que propone un espectáculo diferente.
La particularidad del film de Michael P. Nelson es que reimagina el origen de Billy con elementos fantásticos.
Un concepto que ya había incorporado el veterano Brian Yuzna (Re-Animator) en la cuarta parte, que se alejó de la premisa tradicional para centrarse en un culto de brujas.
Un sangriento Papá Noel en modo Jigsaw
En esta versión, Billy no se convierte en asesino por el abuso de sus tutores sino al ser poseído por el espíritu de un psicópata.
La curiosidad del caso es que el protagonista mantiene diálogos con el ente de un modo similar al vínculo entre Eddie Brock y Venom en los cómics de Marvel.
Chapman se instala en un pueblo perdido de los Estados Unidos, habitado por vecinos turbios, y en este contexto el sanguinario Papá Noel termina por convertirse en una especie de justiciero, al eliminar elementos deplorables de la sociedad.
Esta es la única película de la saga donde no mueren víctimas inocentes, sino individuos oscuros que no están más sanos que el asesino.
La obra del director Nelson desarrolla esta premisa con una impronta narrativa retro, beneficiada por el uso de efectos prácticos y una sólida banda sonora de Blitz//Berlin.
Una dupla de compositores que viene creciendo en Hollywood en los últimos años; este año también hicieron la música de la remake de Deathstalker.
Nelson demuestra un buen dominio del slasher y ofrece un film muy efectivo dentro de su género, siempre que estés dispuesto a aceptar los elementos fantásticos.
El rol protagónico quedó a cargo de Roham Campbell (The Hardy Boys), quien ofrece una buena interpretación junto a Ruby Modine, quien fue parte de la comedia de terror Happy Death Day.
Aunque no sobresalga entre los mejores estrenos de terror del año, al menos hace el esfuerzo de proponer algo diferente dentro de esta franquicia.
