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Sound of Freedom: Mi opinión de la película

Sound of Freedom es una producción independiente que llega a la cartelera con un enorme barullo mediático que se gestó principalmente en los Estados Unidos, donde sobresalió entre los estrenos más taquilleros del año.

La mayor virtud de este film pasa por darle una visibilidad popular a temáticas oscuras como son las redes de pedofilia y la explotación sexual de niños que por alguna razón tienden a ser silenciadas por los medios de prensa hegemónicos de la industria del entretenimiento.

Cada vez que se estrena una película que aborda estas cuestiones no obtiene demasiada difusión o se las destruye con cortinas de humo, sobre todo si los realizadores no abrazan la denominada “agenda progre”  de los estudios de Hollywood.

Hace unos años ocurrió con Trade, una muy buena producción protagonizada por Kevin Kline, pero en esta ocasión se dio una situación diferente producto de una repercusión positiva en el público.

La trama se centra principalmente en la historia de Tim Ballard, un ex agente especial de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en los Estados Unidos que rescató a numerosas víctimas de trata de personas (especialmente niños) con la organización, Operation Undergound Railroad.

Una fundación sin fines de lucro que asiste a las fuerzas de seguridad en las operaciones policiales centradas en desbaratar este tipo de organizaciones criminales.

El film del director Alejandro Monteverde representa un grano en el trasero para una comunidad soberbia que tiende a verse a sí misma como la más grande sociedad del planeta y le cuesta lidiar con problemáticas internas, ya que entienden que el mal siempre proviene del extranjero.

Sound of Freedom no sólo establece que Estados Unidos es el mayor consumidor de pedofilia en el mundo sino además plantea que sus consumidores pueden ser tranquilamente los vecinos amables de la casa de al lado.

Salvo por un personaje que parece el Figuretti de Freddy Villarreal, la mayoría de los perpetradores son retratados como el típico padre de familia que podrías encontrar en cualquier patio de comidas de un shopping o en la pileta de un hotel.

Violadores de niños que por lo general tiene un muy buen pasar económico y pueden acceder a las redes clandestinas de explotación y turismo sexual.

La película va al hueso en estas cuestiones y me parece justo reconocerle el mérito de animarse a trabajar una problemática complicada que tampoco es agradable de ver.

En términos cinematográficos rescata la figura de Jim Caviezel, quien terminó desterrado de los grandes estudios luego de protagonizar La pasión de Cristo de Mel Gibson.

En Sound of Freedom brinda una muy buena interpretación donde le aporta una enorme humanidad al rol de Tim Ballard al que evita convertirlo en una caricatura patriotera.

No esperen encontrar un thriller de acción como se vendió en algunos avances promocionales porque el tono del film se concentra principalmente en el drama con algunos momentos de suspenso.

La película tampoco empuja una agenda política de adoctrinamiento ni cae en la explotación de mal gusto a la hora de retratar lo que sucede con los niños que terminan en las redes de estas escorias.

Mi principal objeción hacia esta propuesta pasa por algunos aspectos del guión.

Creo que hubiera sido una producción mucho más sólida si la temática quedaba a cargo de un director superior como Peter Berg.

Un realizador que suele despojar las adaptaciones de casos reales del sentimentalismo forzado y el melodrama artificial.

Si vieron Lone Survivor, Patriot Day o Deepwater Horizon entenderán mejor a lo que me refiero.

El film de Monteverde cae por momentos en algunos pasajes dignos de telenovelas latinas de Netflix que buscan manipular las emociones del público y abaratan para mi gusto el espectáculo.

Tampoco llega a profundizar en algunos temas que plantea y que eran interesantes y merecían un poco más de espacio.

Por ejemplo, durante los créditos finales se resalta que la esposa de Tim Ballard jugó un papel importante en su compromiso con las tareas humanitarias que realiza y pese a todo Mira Sorvino, que encarna ese rol, termina completamente desdibujada como si fuera un objeto decorativo.

En los campos técnicos es una obra decente para tratarse de una película que se hizo con un presupuesto limitado pero al guión le faltó un poco más de trabajo.

Pese a todo no deja de ser un film interesante para tener en cuenta.

Mi recomendación en este caso es que dejen los prejuicios de lado y toda la contaminación mediática que  también afectó a este estreno.

La realidad es que no es la película de la ultra derecha que promueve la reelección de Donald Trump (como manifestaron algunos trasnochados), ni una propuesta evangélica y consigue establecer un debate interesante sobre problemáticas que el cine norteamericano más comercial, amparado por  los medios de prensa del entretenimiento, tiende a esconder debajo de una alfombra.

Calificación: B

 

Un comentario en «Sound of Freedom: Mi opinión de la película»

  • El primer y tercer acto me gustaron,a pesar del tono de telenovela,maneja con dureza el tema que trata y el drama es efectivo,el problema es el segundo acto que parece pertenecer a una película diferente,pasa a tener un tono ligero y hasta queriendo ser cómico,el cual no podría estar más fuera del lugar con los primeros y últimos minutos,por los cuales creo que vale la pena verla

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