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Historia de Wonder Woman

Capítulo 17: La era de Diana Prince

Primera parte: La reconstrucción del cómic

La adquisición de DC Comics por parte de la corporación Kinney National Service también generó importantes cambios en el staff de la editorial.

Los principales personajes de la compañía atravesaron grandes transformaciones en 1968, pero ninguna fue tan radical y controversial como la que se produjo en la revista de Wonder Woman.

Me atrevería a afirmar que el 95 por ciento de los artículos que se escribieron sobre esta etapa en medios de comunicación siempre fueron negativos.

Sin embargo, al leer todos y cada uno de los cómics del personaje en orden cronológico, te llevás la enorme sorpresa que las cosas terribles que se le adjudicaron a esta etapa no eran como se las presentaba.

El problema es que por lo general se repiten a boca de jarro análisis superficiales que estudian esta versión de Wonder Woman fuera de contexto.

Como pudimos ver en este retrospectiva hasta ahora, desde la muerte de William Marston, el creador de la heroína, el cómic de la amazona quedó estancado en la estupidez, debido que los autores que vinieron después no encontraban el enfoque adecuado para abordar las historias.

Afortunadamente el nuevo director de DC, Carmine Infantino estaba muy preocupado por el estado deplorable en que se encontraba la revista. Una de las primeras acciones que tomó como directivo de la editorial fue la de elegir el nuevo equipo de artistas que tendrían la difícil tarea de reconstruir a Wonder Woman otra vez desde sus cimientos.

El nuevo equipo se constituyó de la siguiente manera:

Jack Miller: Un artista con vasta experiencia en cómics románticos, quien se encargaría de aportar elementos modernos que pudieran capturar el interés del público femenino.

Denny O´Neil: Salvando las distancias y apelando al sentido del humor de los lectores, el General San Martín de los cómics que liberó de la mediocridad y la estupidez a la famosa trinidad de DC. Su campaña libertadora comenzó con Wonder Woman, donde aportó ideas polémicas que contribuyeron a sacar de la zona de comodidad a la amazona.

Mike Sekowski: Enémigo acérrimo del escritor Robert Kanigher, quien venía de ilustrar a Diana en la revista de la Liga de la Justicia. Kanigher y Sekowski se llevaban mal en DC porque tenían estilos muy diferentes a la hora de trabajar los cómics. Cuando lo asignaron a este equipo, el placer de hacer algo opuesto a lo que había hecho Kanigher probablemente fue una gran incentivo.

Dick Giordano: Una leyenda entre los entintadores de la compañía, cuya contribución residió en cambiar por completo la estética de esta historieta.

Entre todos aportaron las ideas de lo que sería un relanzamiento drástico del personaje.

Los cuatro artistas coincidían que Wonder Woman necesitaba ser trabajada con más seriedad a través de historias que permitieran explorar otra faceta del personaje.

Una cuestión que jamás entendieron los detractrores de esta etapa.

Cabe recordar que mientras en Marvel los superhéroes vivían conflictos profundos y sociales, Wonder Woman se limitaba a pelear contra un periódico humano (Paper Man), un ciempiés humanoide que lideraba una organización criminal y un huevo duro gigante que era comunista.

El concepto del nuevo equipo era el siguiente.

Despojar a Diana temporalmente de los superpoderes para explorar su humanidad en el mundo real de 1968.

Un concepto que haría enojar a las feminazis que nunca tocaron un cómic del personaje pero se apoderaron de la amazona como símbolo político.

El problema de los y las feministas es que siempre utilizaron a Wonder Woman como la remera del Che Guevara. La usan cuando se pone de moda pero jamás llegaron a comprenderla.

Diana nunca abogó por la superioridad de las mujeres antes los hombres, sino que luchaba para que la sociedad fuera más igualitaria, que no es lo mismo.

La idea de Denny O´Neil, que hasta el día de hoy sigue siendo malinterpretada, era empoderar a la protagonista a través de su humanidad y vulnerabilidad, para que no tuviera que depender de sus habilidades físicas.

Es decir, sus logros e independencia provenían de su fortaleza interior en lugar de los superpoderes y las herramientas mágicas de las amazonas.

Este enfoque debía ir acompañado de un cambio drástico en el diseño del personajes.

 O´Neil al día de hoy sigue orgulloso de los cambios que generó en Wonder Woman, pero reconoce en entrevistas que las modificaciones fueron muy abruptas y se podían haber moderado un poco más.

Esta nueva etapa se enfocaría más en Diana Prince y para eso era necesario darle una nueva apariencia a la heroína.

Los cambios estuvieron influenciados por tres mujeres reales, dos de las cuales tenían una enorme popularidad en 1968.

Twiggy

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Por lejos, la cara de la década de 1960.

Twiggy fue una modelo inglesa que a partir de 1966 revolucionó literalmente con su imagen el mundo de la moda.

Se trataba de un chica bajita y desgarbada, que tenía un aspecto andrógino y llevaba el pelo corto como un muchacho.

Para colmo provenía de una familia de clase obrera, algo que no tenía antecedentes en el mundo de las modelos inglesas. En un principio la mataron en los medios y se burlaron de ella, pero el apoyo mediático de figuras como David Bowie y Andy Warhol la convirtieron en un ícono del movimiento modernista del Londres de los ´60.

En poco tiempo se convirtió en la principal referente de las adolescentes que pasaron a copiar su imagen. Si ella aparecía con un vestido en una revista, a la semana siguiente ese modelo estaba completamente agotado en los negocios de ropa.

Twiggy pasó a la historia como la primera super modelo internacional y obviamente sus vestidos excéntricos y coloridos influenciaron la vestimenta que adoptaría Diana Prince en esta nueva etapa.

Diana Rigg

Otro de los grandes íconos populares de 1968 que en ese momento atravesaba un período de reconocimiento popular.

La incorporación de Diana Rigg en la cuarta temporada de la serie inglesa  Los Vengadores le dio al programa de espionaje una proyección internacional.

Emma Peel, el personaje que interpretaba la actriz, enseguida se convirtió en un ícono sexual y un referente de la moda de aquellos años.

En el caso del cómic de Wonder Woman , la influencia de Emma fue mayor a la de Twiggy, ya que Diana no sólo pasó a vestirse como la agente secreto, sino que también adoptó su personalidad.

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Joyce Miller

La modelo norteamericana fue la elegida para inspirar el nuevo diseño físico del personaje. En la siguiente imagen se la puede ver posando ante el ilustrador Mike Sekowski en las oficinas de DC.

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Así fue que en septiembre de 1968, en el número 178, el nuevo relanzamiento de Wonder Woman se convirtió en una noticia debatida en todos los medios de comunicación.

La heroína vestida con el look  Twiggy aparecía tachando con pintura la imagen tradicional que provenía de los años ´50.

Wonder_Woman_Vol_1_178

Otro detalle importante de esta cubierta son la tipografía del título y el fondo lisérgico que le daba al cómic un contexto moderno.

La historia llamaba la atención por el contenido dramático, que presentaba la cara opuesta de lo que habían sido los relatos de Robert Kanigher.

En la primera página Steve Trevor era detenido por la policía al ser acusado de un homicidio.

Durante el juicio el fiscal llamaba como testigo a Wonder Woman, quien complicaba la situación de Trevor, al declarar que el militar en una oportunidad había manifestado que la víctima del asesinato merecía morir.

La protagonista sabía que Steve no había cometido el crimen y acongojada por lo que fue su declaración como Wonder Woman decidía resolver el caso en su identidad de Diana Prince.

Para infiltrarse en un club hippy la amazona salía de compras y buscaba las prendas que necesitaba.

Una hoja que despertó la furia de la feministas radicales.

Wonder Woman, el ícono del empoderamiento femenino, aparecía feliz y liberada con la idea de vestirse como una joven moderna.

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Denny O´Neil hoy reconoce que ese tipo de detalles los hubiera trabajado con mas sutileza para generar menos polémica.

La verdad que la historia presentaba el argumento más interesante que había tenido el cómic desde el número final escrito por  William Marston en 1947.

Wonder Woman con su traje clásico aparecía muy poco y el núcleo del conflicto se centraba en la investigación que emprendía en su rol de Diana Prince.

En el número 179 (1968) O´Neil levantó la apuesta y presentó otra historia controversial.

Como se puede apreciar en la dramática portada, Diana abandonaba a las amazonas y se desprendía de su identidad de Wonder Woman.

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Los tiempos felices duraban poco para la protagonista y Steve Trevor.

El soldado emprendía una misión encubierta para desbaratar una organización terrorista y se hacía pasar como un traidor del ejército.

Mientras tanto, la Reina Hipólita convocaba a su hija a Isla Paraíso para darle una mala noticia.

Las amazonas habían quedado desgastadas al instalar la isla en el mundo de los humanos. La intención de llevar la paz en la tierra de los hombres no había conseguido resultados y sus poderes se habían debilitado.

Para recuperar sus energías, la Reina Hipólita había decidido trasladarse con todas la amazonas a otra dimensión, con el propósito de restaurar sus poderes.

Diana recibía un ultimátum de su madre.

Debía elegir viajar con ellas o quedarse en la Tierra sin poderes, donde debería sobrevivir como una humana más.

Diana, que estaba desconcertada por la supuesta traición de Steve, optaba por abandonar sus poderes para descubrir el paradero del soldado que era un fugitivo de la Justicia.

De esta manera se retrataba a una heroína que ahora experimentaba la vida humana sin ventajas.

Tenía que buscar un modo de mantenerse por su cuenta y conseguir el dinero para pagar el alquiler de una vivienda.

Claramente nos encontramos ante la versión más Marvel de Wonder Woman.

Tras su regreso a la Tierra  Diana era amenazada por una banda de pandilleros, pero un misterioso hombre lograba sacarla del apuro.

Se trataba de I-Ching, un hombre ciego que sabía que Diana era Wonder Woman y la buscaba para pedirle ayuda con un problema personal.

El anciano enseguida se convertía en un guía y consejero para la protagonista y entrenaba a la ex amazona en distintas artes marciales, el yoga y la meditación.

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Juntos entonces emprendían la búsqueda de Steve Trevor.

Años después, en 1981, Frank Miller refritó el concepto de I-Ching en Sticks, el maestro ciego de Daredevil, que en la serie de televisión es interpretado por Scott Glenn.

La nueva Wonder Woman se terminó de consolidar en el número 180 (1969), que en lo personal denomino el «numero de celebración».

Finalmente el infumable Steve Trevor encontraba su muerte, acribillado por la espalda, en manos de una de las más grandes villanas en la historia de este cómic.

Doctor Cyber era la líder de la organización terrorista que investigaba el soldado y enseguida se consolidó como la antagonista más interesante y seria que tuvo Wonder Woman desde la Era Dorada.

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O´Neil, quien al igual que muchos lectores, odiaba a Trevor, por su condición de idiota, decidió eliminarlo para que la protagonista pudiera relacionarse también con otros hombres.

La portada seguía el perfil dramático del número anterior, algo que daba entender que los argumentos tontos habían quedado enterrados en el pasado.

Diana, vestida con uno de los clásicos trajes de Emma Peel, lloraba desconsolada la muerte de Trevor.

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Ahora la heroína se enfrentaba a una villana extremadamente peligrosa a la que ya no podía detener con el uso de sus poderes especiales.

De esta manera comenzaba una etapa especial donde el cine de James Bond y series de televisión como El agente de C.I.P.O.L y Los Vengadores tendrían una enorme influencia en el cómic.

Continuará.

 

 

 

 

 

6 comentarios en «Historia de Wonder Woman»

  • Todo bien con la desboludizacion del personaje, pero hacia falta convertirla en la chica de cipol???

  • No sé si hacía falta, como algo fáctico, pero el cambio radical era necesario para borrar por completo el desastre que se hizo durante 19 años.
    En la próxima entrega lo exploro más en profundidad. Fue una etapa que brindó muy buenas historias e influenció las cosas que vinieron después.

  • Me encanta la etapa que vino despues, fue justo en mi infancia cuando empecé a comprar las revistas de «Marvila» en tamaño Avestruz de Novaro!!! Las pruebas tipo Hercules.

  • Hugo…perdon por el OT: Zack Snyder deja JL y lo reemplaza Joss Whedon

  • Me olvide decir, que el motivo es debido a una tragedia personal.

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