Nicky, la aprendiz de bruja

Nicky, la aprendiz de bruja es una gran película del director Hayao Miyazaki, que en lo personal siempre la vi como una producción hermana de Whisper of the Heart (una de mis favoritas de los estudios Ghibli), ya que tratan temas similares, pero desde ópticas distintas.

Este  film de 1989 fue una adaptación de un fenómeno literario japonés titulado «Kiki´s Delivery Service«, de la autora Eiko Kadono, que recibió varios premios y tuvo un par de  continuaciones en las librerías.

La historia gira en torno a Kiki, que en Latinoamérica se le cambió el nombre por el de Nicky, una niña de 13 años que es bruja y debe pasar un año en una ciudad sin sus familiares y amigos tratando de subsistir como puede con sus poderes.

Este es un film muy interesante que habla sobre el espíritu creativo, la responsabilidad y la independencia personal, donde no hay villanos ni personajes que enfrenten a la heroína.

La película se centra en retratar la experiencia interior que atravieza Nicky al establecerse en un lugar distinto al que solía vivir tratando de salir adelante con un servicio loco de mensajeria que ofrece en una panadería.

Al igual que Whisper of the Heart la protagonista tiene que lidiar problemas de confianza y la incertidumbre de encontrar la vocación y actividad que la hace feliz.

Esta es una película sumamente introspectiva donde la busqueda interior juega un papel importante en esta propuesta y el tema se desarrolla a través de una gran propuesta de animación que combina a la perfección los conflictos humanos con la fantasía.

la verdad que Nicky, la aprendiz de bruja es un film mucho más profundo, emotivo e introspectivo que la filmográfia completa de Terrence Malick y centenares de bodrios que son recomendados por la crítica habitualmente.

Otra clara muestra de por qué Ghibli es el más grande estuudio de animación que hay en el mundo.

Lo que hoy hace Pixar con sus películas Miyazaki y sus colegas ya lo brindaban 20 años atrás con tremendas películas que no perdieron vigencia con el paso del tiempo.

Para variar el film sorprende con un increíble trabajo en la música y la animación, donde no están ausentes los elementos clásicos del cine del director.

En este caso tenemos un personaje secundario que es un fanático de  la aviación, la otra gran pasión del realizador, y los vehículos aéreos tiene una presencia notable, sobre todo al final de la historia.

La trama se desarrolla en un fantástico pueblito ficticio llamado Koriko que es una combinación de Estocolmo con Munich.

La callesitas de esa localidad, el mercado y toda la ambietación en general están plagadas de detalles fantásticos que le dan a ese escenario un realismo magnífico como estamos acostumbrados a ver en los filmes de este estudio.

Una propuesta de animación fabulosa que recomiendo conseguir a quienes no la hayan visto todavía.