Deathstalker (2025): la remake producida por Slash
Tras la decepción de Red Sonja, el regreso de Deathstalker levanta la puntería para ofrecer un entretenimiento nostálgico que evoca el cine de fantasía cutre de los años ’80.
Como les conté previamente en la retrospectiva de la franquicia, este personaje fue uno de los clones más populares de Conan, e integró la saga de diez películas que Roger Corman realizó en Argentina junto al cineasta Héctor Olivera en aquella década.
La obra original cosechó una enorme popularidad cuando se editó en video y quedó en el recuerdo por su contenido extravagante.
La nueva versión producida por el guitarrista Slash obtuvo críticas positivas, salvo por los puristas de la saga, que no terminan de entender que hay determinadas cosas que en la sociedad de 2025 son inviables.
Pretender que Deathstalker regrese con los contenidos misóginos de los ’80 —donde tenías una escena de violación cada 10 minutos— es ridículo, porque la sociedad avanzó en torno a estas cuestiones y la película, además, propone una reimaginación del personaje.
La dirección corrió por cuenta de Steven Kostanski, un especialista del cine clase B, quien hace poco llamó la atención con esa gema desquiciada que fue Freaky Freako.
Un homenaje a las versiones clase Z de los Gremlins que aparecieron en los ’80, como Little Monster, Ghoulies y Basuritas.
En su nuevo film ofrece una experiencia parecida centrada en el subgénero del Sword and Sorcery.
Aspectos positivos del regreso de Deathstalker
A diferencia de la última Red Sonja, que apelaba al uso de un CGI berreta para trabajar los elementos fantásticos, el director apuesta por los efectos prácticos de la vieja escuela.
Kostanski ya había utilizado marionetas en Freaky Freako y acá hace algo similar con los personajes fantásticos, con el fin de acentuar el espíritu retro. Algo que también se puede percibir en los impecables efectos de maquillaje.
La idea funciona porque consigue evocar el estilo de fantasía que podrías haber encontrado en el videoclub en 1987.
Ya desde la escena inicial el gore es abundante y las secuencias de acción tienen la típica violencia extrema de un cómic de Conan o Sonja.
Algo que me gustó del film es que tampoco se toma en serio el concepto del personaje y establece una complicidad muy divertida con el público a la hora de trabajar las situaciones absurdas de la historia.
No llega a ser una sátira, pero tiene algunos momentos desopilantes. Todas las interacciones del héroe con un duende aportan escenas cómicas muy divertidas.
No puedo dejar de resaltar la estupenda banda sonora de Blitz/Berlin, una dupla joven de compositores que viene creciendo en Hollywood.
Este año también se destacaron con la música de la nueva remake de El sangriento Papá Noel, que reseñaré esta semana.
Slash también colaboró con la canción del film, que hace poco tuvo un videoclip.
Daniel Bernhardt: Lo viejo funciona

Luego de tres décadas de trabajo en el campo de los dobles de riesgo, Daniel Bernhardt obtuvo un rol protagónico después de 28 años.
El artista marcial comenzó su carrera a fines de los años ’90, donde se lució en las continuaciones de El gran dragón blanco (Jean-Claude Van Damme), pero fue subestimado por los estudios y continuó en la industria como doble.
En el último tiempo hizo un gran trabajo como realizador de secuencias de acción para la productora del director Chad Stahelski (John Wick). La recordada escena de pelea de Nobody, que tenía lugar dentro de un colectivo, fue creada por él.
En Deathstalker está genial y sorprende con un desempeño físico impecable que no tienen actores más jóvenes.
Se nota que se divirtió con el rol y lo transmite en su interpretación.
Si tuviera que objetarle algo al film de Kostanski es que podría haber explotado más el talento de Bernhardt como artista marcial y, en algunas escenas, la iluminación es demasiado oscura y no se puede ver bien lo que ocurre en pantalla.
Pequeñas minucias que no alteran la experiencia integral.
Dentro de la franquicia, esta versión es la más divertida y se disfruta mucho si conectás con la clase de espectáculo que propone.
Calificación: B+