ArtículosCine

Lone Wolf and Cub: Sword of Vengeance (1972)

Durante la primera mitad de los años ´70 la taquilla del cine japonés se repartió entre numerosas sagas cinematográficas con propuestas para todos los gustos.

Los amantes de las artes marciales tenían las series Street Figther y Sister Street Fighter (con Sonny Chiba y Etsuko Shiomi) mientras que el cine de explotación estaba representado por las franquicias Stray Cat Rock (que reseñaré en breve) y Female Prisoner 701: Scorpion.

Para los aficionados al cine chambara, las historias de samuráis, la gran apuesta la representó la adpatación del cómic de Kazuo Koike, Lone Wolf and Cub.

Una obra maestra del manga creada por el mismo autor que brindó otros títulos populares, como Lady Snowblood y Crying Freeman, que también tuvieron sus películas en el cine con Meiko Kaji y Marc Dacascos respectivamente.

Dentro de la temática samurái este manga tuvo una extensión de 28 volúmenes y cosechó una enorme popularidad en el continente americano.

El relato original de Koike es mucho más familiar de lo que imaginamos ya que fue adaptado numerosas veces en producciones hollywoodenses que tomaron una premisa similar.

Por ejemplo, Gloria (1980), de John Cassavettes, incoporaba elementos del manga con la particularidad que se adaptaban en el género gánster.

El autor Max Allan Collins fue más directo y siempre reconoció que su obra, Camino a la perdición, que en el cine protagonizó Tom Hanks, estuvo inspirada en el clásico japonés de Koike.

En el último tiempo pudimos notar la influencia también en la serie Mandalorian de Disney y el campo de los comics ofreció una muy buena adaptación en el especial Red Sonja and Cub, donde las referencias fueron más directas.

La trama original se desarrolla en el período Edo y tiene como protagonista a Ogami Ittō, un samurái que se desempeñaba como verdugo del Shogunato Tokugawa.

Su tarea consistía en decapitar a los señores feudales, condenados a cometer sepukko, para ayudarlos a aliviar la acción de cortar sus propios estómagos.

Un día a raíz de estas ejecuciones el protagonista descubre a su familia masacrada en represealia por una de estas ejecuciones.

El único sobreviviente es un bebé de un año llamado Daigoro a quien los mercenarios decidieron dejarlo vivo.

Ogami luego descubre que la matanza en realidad fue gestada por el líder de un clan rival que buscaba su puesto en el Shogunato.

Con su familia asesinada y una conspiración que lo hace caer en desgracia como samurái, el guerrero emprende junto a su hijo «el camino maldito a la venganza» en una aventura épica inolvidable donde viven juntos numerosas aventuras.

Esta propuesta llegó al cine en enero de 1972 y su exito fue tan grande que antes que ese año terminara el estudio Toei estrenó tres continuaciones.

La dirección corrió por cuenta de Kenji Misumi, uno de los grandes reyes del cine pochoclero japonés de ese período, quien trascendió como una especie de Rey Midas de la industria.

Material que tocaba este tipo por lo general se convertía en un suceso taquillero.

Además de Lone Wolf and Cub, Misumi cosechó otros éxitos importantes con las franqucias del samurái Zaotichi y Hanzo the Razor, que ofreció otra famosa trilogía dentro del cine chambara.

Lamentablmente su carrera se vio interrumpida por un cáncer de estómago que le ocasionó la muerte en 1975.

Su labor en las pimeras tres entregas de esta serie en particular es estupendo por el modo en que trabaja la acción, donde se puede percibir una interesante influencia del spaguetti westerm.

Ya me referí a esta cuestión en otras notas.

Entre el western italiano y el cine chambara se dio una simbiosis muy especial, donde los elementos típicos de estas películas a menudo se cruzaban en ambas propuestas.

Por ejemplo, las tremenda guitarra eléctrica que cobra fuerza en la melodía de la banda sonora de Lone Wolf and Cub es un recurso que se podia encontrar a menudo en muchos relatos de los cowboys italianos.

Ni hablar de la manera en que Misumi construye los duelos de espada entre los sumuráis y ese contenido de violencia, muy propio del cine de explotación de la época que estaba presente en las producciones de los dos continentes.

El rol de Ogami Ittō quedó a cargo de Tomisaburō Wakayama, un artistas con una filmografía de 500 películas, donde gran parte de sus roles fueron papeles secundarios como samurái o gánster en los trabajos de Kinji Fukasaku.

Una curiosa incursión hollwyoodense la brindo en Lluvia negra de Ridley Scott, donde encarnó obviamente a un capo de la yakuza.

El anti héroe de Kazuo Koike es el rol con el que dejó su huella en la historia del cine japonés y con el que obtuvo también notoriedad internacional.

Un trabajo que estuvo a punto de perder ya que los productores lo veían demasiado gordo para encarnar al personaje principal.

Sin embargo, Wakayama los hizo cambiar de parecer tras una exhibición con la espada samurái, donde el artista dejó atrás al resto de los contendientes.

Su interpretación es formidable y tiene muy buenos momentos en esta primera entrega.

Mi escena favorita es la que dispara el conflicto central y retrata (desde la mirada occidental) la cultura psicópata de los guerreros japoneses.

Ogami en un momento de da un ultimátum a su bebe.

Espada o pelota.

Si escoge el juguete le corta a cabeza a su hijo y luego se suicida, si opta por el arma ambos se covertirán en «demonios que emprendan el camino al Infierno y la venganza».

El nene, que es un bebé pero no es ningún gil, elige la espada y de ese modo comienza la aventura.

El director Misumi le aporta una identidad épica a ese momento tan íntimo para ofrecer una de las escenas más recordadas de la saga.

Akihiro Tomikawa encarna al pequeño Daigoro quien tiene un desarrollo muy intereante durante la serie.

Esta primera entrega  es básicamente una historia de origen y gran parte del relato se concentra en las secuencias de flashbacks que nos permiten descubrir las circunstancias que lo llevaron a Ogami a caer en desgracia.

Si este film no te engancha de entrada difícilmente luego sigas con los episodios posteriores, debido a que Misumi establece todos los elementos narrativos y el tratamiento de la acción que luego aparecerán en las entregas posteriores.

En lo personal recomiendo darle una oportunidad ya que la serie mejora notablemente con el desarrollo de los protagonistas.

Sword of Vengeance es el punto de partida.

A continuación pueden ver el avance original.

 

5 comentarios en «Lone Wolf and Cub: Sword of Vengeance (1972)»

  • Grande Hugo! Me diste bola con esto! 😁
    Q buen informe, todo lo q envuelve alrededor de la produccion muy bueno.
    Wakayama por lo q leí estudió varias artes marciales y también laburó con la escuela de sonny chiba. Como maneja la espada es impresionante. Quien sabe de artes marciales y, como yo, ha practicado iaido ppor bastante tiempo se da cuenta.
    Igual la peli al ser un western no deja de tener fantasía inveroscimil, en las otras entregas donde se enfrenta solo a un ejercito o simplemente lo facil q mata a un tipo con un corte al cuerpo, pero bueh, eso es lo lindo de este meollo.
    Aguardo ansiosamente las 5 q faltan. Gracias! 👏👏👏
    Pd: las encontraste en la pagina q te dije o pudiste hallar otra pagina?

  • Sí Yamil, el único lugar donde está completa con subtítulos en inglés es FAST 32.
    En el resto sólo la primera tres películas.
    No había visto las últimas entregas asi que te agradezco ese dato, que además me viene al pelo para mi laburo.

  • Yo vi una en el cine en los 80s, puede ser que sea un compilado de las tres primeras? La historia como tenía saltos, no era muy coherente.

  • Sí Guille, esa es Shogun Assassin que resume las tres primeras películas. Hicieron un desastre con la edición y arruinaron la historia pero en ese momento era lo que había disponible.

  • El manga es una obra de arte, te da un paneo tan abarcativo y completo de la vida de un samurai, que es imposible no amarlo, además fuera de algunos detalles, las peleas eran retratadas como seguramente fueron en la realidad,1 o 2 espadazos y listo (aunque amo las peleas «exageradas» tipo Rurouni Kenshin😅)

Los comentarios están cerrados.