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The Smashing Machine: Critica de la película de Dwayne Johnson

Cada vez que la carrera de Dwayne Johnson se estancó en filmes genéricos, el cine independiente le dio la oportunidad de asumir roles más complejos.

En 2013 se lució en el subestimado thriller Snitch, donde subvirtió su figura habitual de héroe de acción, y este año sorprendió con una destacada labor dramática en The Smashing Machine, un proyecto que gestó junto a la compañía A24.

Se trata de un drama deportivo basado en la biografía de Mark Kerr, un pionero de las artes marciales mixtas. Su carrera se retrató previamente en el documental homónimo de 2002 que sirvió de inspiración para este film.

Johnson delegó la realización en Benny Safdie, quien hace unos años, junto a su hermano Josh, fue responsable de Uncut Gems, un gran thriller donde Adam Sandler se lució con una excelente interpretación.

The Smashing Machine y los primeros días de la MMA

La obra de Safdie retrata en detalle el ambiente de las artes marciales mixtas a fines de los años 90, cuando los deportistas todavía no tenían exposición mediática y los torneos eran ignorados por las grandes cadenas de televisión.

Una paradoja de la historia de Kerr es que, pese a obtener numerosos títulos mundiales en Estados Unidos, nunca fue una figura popular debido a la poca difusión que tuvo esta actividad durante la época de gloria de su carrera.

El director escoge una narrativa documental para retratar con mayor realismo la crudeza de los combates, a través del recurso de la cámara en mano y estupendos planos secuencia.

Su película se planta como la antítesis de lo que fue la aclamada Warrior, de Gavin Hood. A diferencia de aquella propuesta con Nick Nolte, que apostaba a la emoción y al cuento de hadas deportivo, The Smashing Machine propone un estudio psicológico de la personalidad de Kerr, explorando una relación tóxica de pareja y su caída producto de las adicciones.

Aunque no llega al terreno depresivo de The Claw, el relato se establece como una anti-Rocky, tomando a Toro Salvaje (Martin Scorsese) y El luchador, de Darren Aronofksy, como influencias artísticas.

El aspecto negativo es que las secuencias de lucha no son emocionantes y parecen salidas de una transmisión televisiva.

Dwayne Johnson como Mark Kerr en The Smashing Machine

Dwayne Johnson y Emily Blunt, una dupla imbatible

Si The Rock tenía la intención de demostrarle a sus pares y a la crítica que le sobran condiciones para trabajar roles más complejos, con The Smashing Machine alcanzó su objetivo.

Su composición tiene un enorme valor, ya que se esfuerza por subvertir sus roles habituales con un personaje difícil que no despierta demasiada empatía en el público.

Las escenas más íntimas que comparte con Emily Blunt aportan algunos de los momentos más destacados y sirven para resaltar la vulnerabilidad del deportista.

La química de la pareja ya había demostrado su potencial en el film de Disney, Jungle Cruise, y resulta interesante verlos nuevamente en roles opuestos dentro de un relato denso.

La mayor debilidad de esta producción es que, aunque desarrolla con efectividad el contexto deportivo en el que surgió Kerr, a lo largo de 120 minutos nunca llegamos a conocerlo en profundidad, un factor que genera distanciamiento con la audiencia y probablemente influyó en la recepción tibia que tuvo hasta el momento en los cines.

En los aficionados a este deporte, tal vez encuentre el  nicho de público más entusiasta.

Calificación: B

3 comentarios en «The Smashing Machine: Critica de la película de Dwayne Johnson»

  • Cómo que me da la sensación que The Rock se pasó a la onda Dave Bautista, queriendo hacer roles serios, cambiando su cuerpo a uno más esbelto y estilizado para no estar encasillado, queriendo demostrar que no son sólo bestias musculares.
    Seguramente venga con la edad y con una retrospectiva de una carrera que ya le dió Millones de dólares pero ningún reconocimiento dramático o de crítica. Queda claro que siempre se busca lo que uno no tiene (muchos actores matarían al menos uno de los éxitos de taquilla que él tuvo).
    Para mí el punto de inflexión fue con el tira y afloje de Black Adam, proyecto gestado y sacado adelante por él mismo. Se encaprichó en tratar de convertir al personaje en Héroe, de empardarlo con Superman (que pintado quedó Henry Cavill por favor).
    Mi humilde opinión desde mi vida mundana es que le sobra carisma para encarar muchas cosas y hacerlas un éxito pero cuando los actores se obsesionan con el reconocimiento artístico entran en un loop del que no pueden salir. Le metieron demasiada bomba a esta película ( La cantidad de plata que habrán gastado en publicidad) y la realidad dice que no es gran cosa por más cotillón y nombres que metan.

  • Si acertado Pablo.
    Esta la hizo para la crítica y la comunidad artística con el fin de mostrar que puede hacer otras cosa.
    El tema es que hasta el momento no le interesó al público.

  • Como seguidor de la WWE les hago el aguante a los proyectos de los muchachos salidos de ahí y The Rock es como el que siempre se la jugó a la segura y apostaba menos con los roles. Siempre haciendo del tipo que no podía perder creo que lo fue alejando un toque de lo que le gusta al público, en eso creo que Batista y Cena supieron encarar un toque mejor la carrera, por ahí sin tanto mainstream pero de a poquito. Si no viste todavía Peacemaker te digo que te estás perdiendo al mejor Cena hasta ahora.

    Y esta la estaba esperando

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