Reseña de Springsteen: Música de ninguna parte
Un poco de contexto
Si alguien que no está familiarizado con la música de Bruce Springsteen quisiera incursionar en sus obras, el peor punto de partida posible sería Nebraska.
Un disco atípico en la primera etapa de la carrera del artista, grabado solo en su casa en 1982 con una grabadora de cuatro pistas.
En las diez canciones que comprenden ese trabajo brilla por su ausencia la épica rockera de la E-Street Band y los mensajes de optimismo y resiliencia que conectaron emocionalmente con el fandom en los trabajos previos.
Bruce, en una etapa muy oscura de su vida, donde el inevitable ascenso a la fama colisionaba con un cuadro severo de depresión, canalizó sus demonios interiores en una serie de relatos lúgubres donde primaba la desesperanza, las almas errantes del medio oeste estadounidense y los crímenes.
El primer tema que titula el álbum recreaba el caso del asesino serial Charles Starkweather desde la perspectiva del psicópata, y en las piezas siguientes los contenidos densos resultaban abrumadores.
Para la discográfica Columbia el material fue una pesadilla, ya que no tenía atractivo comercial y, aunque los críticos lo aclamaron, en el fandom de Springsteen no despertó precisamente pasión de multitudes.
Recién con el paso de los años llegó a ser más valorado.
Música de ninguna parte y para un nicho limitado

La película del director Scott Cooper (Crazy Heart) no desarrolla una biopic tradicional, sino que se limita a reconstruir la crónica de lo que fue la producción de Nebraska, durante el período de grabación entre diciembre de 1981 y enero de 1982.
El resultado es un film complicado que puede despertar apatía o aburrimiento en el público que no tiene conexión con la música de Bruce.
Al no contar con un contexto que permita conocer de dónde proviene el artista en esa etapa de su carrera, es difícil entrar en la historia. Tampoco ayuda la ausencia de secuencias musicales notables, los severos baches narrativos de Cooper y un final anticlimático que desconcertará a mucha gente.
Esta no es una propuesta del estilo Rapsodia Bohemia, pensada para disfrutar la música de Bruce en una sala de cine.
El director elige explorar la psicología del músico en una etapa crucial de su vida, marcada por las tribulaciones de lanzar un disco que desafiaba las exigencias del mercado.
Salvo por la escena de Born to Run que se ve en el tráiler y un breve fragmento que retrata la grabación de Born in the USA, los momentos rockeros son casi marginales y el espectáculo apunta a un relato introspectivo.
En ese sentido, la propuesta captura con acierto el espíritu de Nebraska a través de una producción que no está destinada al público masivo y será apreciada por un nicho limitado.
Si sos muy fan de Springsteen, el mayor gancho del film pasa por ver el proceso de composición del disco y la posterior batalla que libraron Bruce y su manager Jon Landau frente a Columbia para mantener intacta la integridad artística de la obra .
Todas las escenas relacionadas con este tema son apasionantes y retratan la entrañable amistad entre el músico y Landau que nunca se había mostrado en documentales previos.
La dirección de Cooper también retrata con acierto la influencia del cine en los trabajos del músico, con referencias a Badlands, de Terrence Malick, y The Night of the Hunter, el clásico de Charles Laughton.
Reparto y debilidades del film

A diferencia de la imitación plana que ofreció Timothée Chalamet el año pasado en la biografía de Dylan, Jeremy Allen White presenta un notable trabajo de composición genuino donde explora diversos matices de la personalidad del artista.
Pese a que no se parece ni suena como Bruce, el rol cobra vida en pantalla con una representación humana y terrenal.
Dentro del reparto secundario, Stephen Graham tiene sus buenos momentos como el padre tóxico del protagonista, Jeremy Strong sobresale como Landau y Odessa Young aporta un poco de corazón al relato como una novia ficticia del Jefe.
Entre las mayores falencias del film, además de los baches narrativos, sobresalen algunas decisiones artísticas del director que cuestan comprender.
Por ejemplo, el hecho de que la esposa de Landau —que no le importa a nadie— tenga más apariciones en la trama que los miembros de la E Street Band, que terminan completamente pintados.
Una pena, porque el casting fue increíble debido al enorme parecido físico que tienen los actores con los músicos reales.
En resumen, Música de ninguna parte tal vez no sea la gran película que represente a Springsteen como ícono del rock, pero ofrece una mirada intimista a la gesta de una obra de culto en su discografía.
Entonces es bastante loco que la celebración musical de Springsteen esté mucho mas presente en la película Blinded by the Light, protagonizada por un fan, que en una biopic del artista.
¡Ni hablar Nico!
De hecho, en Blinded suenan todos los clásicos.
Son propuesta diferentes, no obstante Blinded me parece que es mucho más accesible para todos los públicos.
Con esta me pasó lo mismo que con la de Dylan de Mangold, está buena pero dudo que la vuelva a repasar otra vez.
Blinded en cambio es más entretenida para los revisionados.
O sea, ya sobre un artista que es medio de nicho acá y en el resto del mundo, hicieron una película más de nicho, es un nichception, jajaja! Igual la quiero ver, me suena interesante, pero en este tipo de películas yo prefiero que, si hablan de la vida de un artista, reflejen el arte que dejó más que otra cosa. Vos escuchás sus canciones y por ahí si no lo conocés tanto, igual te llega algo de adrenalina, no lo sabría explicar muy bien. Por eso es tan grande
Te entendí perfecto arquero.
Es de nicho en Latinoamerica, en Europa tiene un fandom más pasional que el de Estados Unidos.
Hugo, Stallone salió en una nueva entrega de esas entrevistas tan interesantes que hace GQ donde repasan la carrera de un artista y entre las cosas que revela está que Ryan Coogler quería matar a Rocky en la primera entrega de Creed y gracias a la insistencia de Sly reescribieron el guion para que no pasara.
https://youtu.be/s9sM3iSFD-w
Después la veo Nico, gran material.
Coogler la hubiera pasado mal si hacía eso.
La acabo de ver y no me gustó nada. Empieza bien arriba con ese Born to Run bien recreado pero después insiste una y otra vez con el tema del padre y las depresiones, que la verdad me aburrieron bastante. Esa historia de amor de relleno que no agrega nada, la inclusión de canciones de Born in the Usa que no pegan con la atmósfera de Nebraska (faltaba que se colara Dancing in the Dark).. No se a que público esta dirigida esta película. Si es para publicitar su música a futuros nuevos fans, no sirve. Si es para fans como yo, no me sirvió. Era infinitamente más interesante hacer énfasis en la parte musical o en la grabación propiamente dicha para que nos interesara. Y si bien hay de eso, la redundancia esta puesta en sus depresiones, en subrayar una y otra vez el padre abusivo, y esa historia de amor al pedo. La actuación tampoco me llamó la atención. Nunca vi al verdadero Bruce en los trailers, y tampoco en la película. Ah.. Y el verdadero Bruce (ultra fan de Elvis) jamás hubiera admitido que Little Richard era «el verdadero rey»..
Ja ja tenés razón Nacho. De hecho en ningún momento de la autobiografía destaca a Little Richards , todos los laureles van para Elvis.
En lo personal no me pareció mala pero es una película que no vovlería a ver.