Deathstalker: Retrospectiva de una saga de culto
Dentro de la extensa carrera de Roger Corman, la saga Deathstalker se destacó entre sus mayores éxitos comerciales gracias a la enorme popularidad que alcanzaron estos filmes en el mercado del video hogareño.
En esta nota voy a desarrollar una retrospectiva de la saga para aquellos lectores que, por una cuestión generacional, no tuvieron contacto con estas gemas divertidas de los años ’80.
Una buena opción para repasar antes del estreno de la remake producida por el músico Slash, que se estrena el mes que viene.
Los orígenes de Deathstalker
Durante la década de 1970, el personaje de Conan, el bárbaro, cosechó una enorme popularidad gracias al suceso comercial de los cómics de Marvel, que conectó al personaje de Robert E. Howard con una nueva generación de lectores.
Muchos productores de Hollywood intentaron adaptar la propuesta al cine, pero por entonces los derechos del personaje se convirtieron en un tema judicial engorroso, lo que impidió que el proyecto pudiera salir adelante.
Roger Corman estaba obsesionado con la idea de realizar una película de Conan y quedó muy frustrado cuando su colega John Milius le ganó de mano y consiguió los derechos y el financiamiento de un gigante de la industria como Dino De Laurentiis.
El resultado fue esa obra maestra estrenada en 1982, que impulsó en el mercado internacional el subgénero del Sword and Sorcery y consolidó la carrera de Arnold Schwarzenegger.
Corman decidió aprovechar el éxito de Milius y desarrolló su propia versión dentro del cine clase B.
El Sword and Sorcery irrumpe en Buenos Aires

En una jugada peculiar, el realizador desarrolló un convenio especial con la tradicional productora argentina Aries Cinematográfica, fundada en 1956 por Fernando Ayala y Héctor Olivera, y de este modo el clon del cimmerio se filmó en los campos de Ezeiza, en la ciudad de Buenos Aires.
Como les conté en otras notas, esta iniciativa dio muchísimo trabajo a los artistas locales y Deathstalker se convirtió en una co-producción entre Argentina y Estados Unidos.
El reparto central estuvo integrado por el ex jugador de fútbol americano Rick Hill, la modelo de Playboy Barbi Benton, y Lana Clarkson, quien luego se convirtió en una figura de culto dentro del género por su labor en Barbarian Queen.
El equipo argentino incluyó a Boy Olmi, Víctor Bo, Augusto Larreta (tío del político Horacio Rodríguez Larreta), Verónica Llinás, Marcos Woinsky, el recordado José Arévalo (Titanes en el ring), el director de fotografía Leonardo Rodríguez Solís y el compositor Oscar Cardozo Ocampo.
Violencia, desnudos y humor bizarro
La película, dirigida por James Sbardellati, no se tomaba en serio a sí misma, y eso resultó una de las claves de su popularidad.
Mientras otras producciones intentaban copiar la obra de Milius desde la seriedad, Deathstalker jugaba con los clichés del género y una galería de personajes extravagantes.
A esto se sumaban los típicos elementos del cine de explotación de Corman, que incluían numerosas escenas de desnudos y violencia sexual.
Entre los elementos más recordados se destacaron los hombres con cabeza de cerdo (que vuelven en la remake), que intentaban ser intimidantes con un trabajo de maquillaje chapucero.
Rick Hill, con un físico muy al estilo He-Man, daba la talla para el rol, pero era algo rígido como actor, lo que enriqueció la mística de la propuesta.
En la primera entrega se introduce al héroe, quien tiene un nombre ridículo y es contratado por una bruja para recuperar un cáliz, una espada y un amuleto que están en poder de un hechicero malvado.
A partir de esa premisa se desarrolla un delirio muy divertido, recordado también por las exageradas secuencias de acción.
Filmada con 457 mil dólares, la película recaudó cinco millones en la taquilla estadounidense, pero su éxito explotó con la edición en video.
Corman hizo mucho dinero y, raíz del inesperado fenómeno de Deathstalker, luego produjo tres continuaciones y otras ocho películas en Argentina como Amazons, The Warrior and the Sorceress (otra obra de culto), Barbarian Queen, Wizards of the Lost Kingdoms, Cocaine Wars, y dos policiales escritos por José Pablo Feinman: Two to Tango y Play Murder for Me.
Duel of the Titans (1987): Sátira y la reina María Socas

Si la primera entrega tenía bastante humor, la continuación se desarrolló como sátira de la obra original.
La dirección corrió a cargo de un prócer del cine bizarro como Jim Wynorski, responsable de esa joyita de terror cutre que fue Chopping Mall (1986).
Rick Hill, por motivos que se desconocen, quedó afuera de esta producción y fue reemplazado por John Terlesky, que en comparación parecía la versión desnutrida del héroe.
Si nunca vieron este film, notarán que la personalidad de Deathstalker remite muchísimo al ladrón Flynn Rider de la película de Disney Enredados.
Lo mejor de esta entrega es la labor de la actriz argentina María Socas como la reina de las amazonas.
Hay una anécdota muy linda sobre la artista que Wynorski compartió en una entrevista: el director comentó que le encantó trabajar con ella porque, pese a los recursos limitados, la actriz intentaba elevar el material y se negaba a que su rol fuera retratado de un modo tonto.
La respuesta del director fue: «María, vos interpretás a la reina como querés y nosotros armamos la comedia alrededor de los otros personajes».
Socas falleció el año pasado a los 65 años.
Warriors from Hell (1988): Guiños a Tolkien y cine cutre

A diferencia de los filmes previos, este proyecto se desarrolló en México y tuvo como protagonista a John Allen Nelson, recordada figura de otro clásico culto como Killer Klowns from Outer Space.
Esta es la entrega más detestada por los fans de la franquicia, pero si te gusta el cine cutre, te saca un par de carcajadas.
La tercera parte quedó en el recuerdo por presentar guiños directos a El Señor de los Anillos de Tolkien, con personajes que se presentan como versiones humorísticas de Gandalf, Saruman y Radagast.
Dato loco: la banda sonora robó con total impunidad una pieza de la obra de Brian Eno en la adaptación de Duna, dirigida por David Lynch.
Match of the Titans (1991): Regreso del héroe y fan service

Para los fans de la saga, esta es la verdadera continuación del film original, ya que representó el regreso de Rick Hill como Deathstalker.
En esta entrega, plagada de fan service, vuelven también los hombres cerdo, y pese a su bajo presupuesto, mejora notablemente la realización de las secuencias de acción.
Hill además forma una muy buena dupla con Maria Ford, referente del cine de artes marciales clase B de los años ’90.
Dato loco: la película se filmó en Bulgaria y, para abaratar costos, Corman recicló escenas de la película de 1983.
Legado y culto del clásico de fantasía
Aunque estas producciones no contaron con el cariño de la crítica ni sobresalieron en la taquilla, con el paso de los años cosecharon un importante fandom de culto que incluye a realizadores del cine clase B.
Entre sus miembros más famosos se encuentra el músico Slash, quien el año pasado revivió al personaje con una miniserie de cómics independiente escrita por Tim Seeley (Batman), y también fue responsable de gestar la remake de la saga, protagonizada por Daniel Bernhardt.

¿Qué fue de la vida del protagonista Rick Hill?
A fines de los años ’90 se retiró de la actuación para dedicarse al periodismo deportivo, donde le fue muy bien como biógrafo de jugadores de béisbol.
Todas estas películas se pueden conseguir con facilidad en el puerto de Jack.
Muchas gracias por esto Hugo sos un capo!!
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