Blood Brothers y el auge del cine de acción malayo

Una enorme virtud de las plataformas de streaming es que permiten al público acceder con facilidad a producciones de países que, hasta hace poco, tenían enormes dificultades para exhibir sus propuestas en los mercados internacionales.

La industria cinematográfica de Malasia fue una de las más beneficiadas por los nuevos hábitos de consumo y en los últimos años sorprendió con una notable evolución en las producciones de género.

En esta cuestión tuvo un enorme impacto la irrupción de directores como Prachya Pinkaew (Ong-Bak) y Gareth Evans (The Raid), quienes despertaron el interés por las propuestas del Sudeste Asiático.

En el caso del cine malayo el punto de quiebre se dio con la trilogía Polis Evo (2015-2023), que presentó una entretenida versión autóctona de la clásica buddy movie hollwyoodense.

El director de la última entrega, Syafiq Yusof, este año presentó Blood Brothers, una propuesta que califica entre las mejores películas de acción que se estrenaron este año.

Se trata del primer film de Malasia centrado en el género gánster que no cuenta con personajes chinos o indios.

Esta es toda de ellos y juega con el submundo exagerado de las bandas mafiosa de Kuala Lumpur.

Si bien la narración de Yusof toma una influencia notable de Guy Ritchie, Gareth Evans y Chad Stahelski, esta película me trajo al recuerdo la clásica saga china de Andrew Law, Young and Dangerous.

Sobre todo por las características de los personajes que no busca retratar a los criminales con realismo sino que toma la impronta del cómic asiático.

La trama es flojita (un tema pendiente que tienen para mejorar) y lidia con una guerra que se desata entre dos clanes, donde no faltan las traiciones y alianzas inesperadas.

El contenido progresista de los filmes americanos todavía no llegó a Malasia y los roles femeninos parecen arquetipos de ficción de los años ´50.

Hay un montón de cosas que todavían deben pulir en lo referido a cuestiones argumentales, sin embargo en los aspectos técnicos Blood Bothers es impecable y en defintiva esa es la razón por la que los aficionados del género se acercan a la propuesta.

Yusof abre la trama con una secuencia magnífica donde se puede identificar la influencia del director  Dennis Villeneuve en una recordada escena de Sicario.

Lo intersante de la apertura es que el cineasta combina una intensa situación de tiroteos con peleas cuerpo a cuerpo y duelos de bastones.

En esta cuestión cae el recuerdo de Young and Dangerous.

Puro cine de acción de la vieja escuela asiática con coreografías creativas y dinámicas que no tienen nada que envidiarle a una propuesta de John Wick.

Blood Brothers levanta la calidad de realización del cine malayo y se planta con una producción que está a la altura de los grandes exponentes del género.

Ahora necesitan conseguir mejores guionistas.

En los aspectos técnicos ya avanzaron muchísimo y en este film en particular sobresale también la labor de fotografía y la banda sonora.

Un detalle que me gusta del cine de este país, es que a diferencia de las obras chinas y japonesas, los directores tienden a ser más sobrios con el tratamiento del melodrama. Es una enorme virtud que puede acercar sus películas al público occidental.

Comparada con el mamarracho de los hermanos Russo en The Grey Man, que costó 200 millones de dólares, Blood Brothers es una producción superior en términos de realización.

La semana que viene voy a reseñar otra interesante propuesta que representó la primera incursión de Malasia en el género de superhéroes.

Por lo pronto, si ya viste la historia de los gánster y querés seguir con otro título parecido recomiendo Sheriff: Narko Integrity, el trabajo previo de Yusof.

Un film policial que cuenta con un buen guión y le da más contenido a los roles femeninos.

Películón.

Si no vieron Blood Brothers: Bara Naga la pueden encontrar en Netflix y en el puerto de Jack.

Calificación: A-