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Female Convict Scorpion: Beast Stable (1973)

No pasaron cuatro minutos de haberse iniciado el film que la Escorpión, el personaje de Meiko Kaji, mutila el brazo a un policía y sale corriendo con el muñón esposado a su muñeca por las calles de Tokio.

La secuencia de créditos iniciales es fantástica y grotesca a la vez y es inevitable preguntarse que vendrá a continuación si empezamos de esta manera.

Bueno, lo que sigue es una escena de sexo entre una pareja de hermanos…

Bienvenidos al mundo de Female Prisoner 701.

Beast Stable es la tercera entrega de esta saga que catapultó a la fama en el continente asiático a su protagonista.

Lamentablemente desapareció de internet el segundo film, Jailhouse 41, que fue levantado en todas la páginas donde estaba disponible.

De todos modos no es un un problema mayor ya que al igual que la serie Sister Street Figther, con Etsuko Shiomi, cada entrega de Prisoner 701 presenta un relato independiente con la convicta Nami Matsushima,

A esta altura de la trama la Escorpión entra y sale de la cárcel cuando ella quiere y siempre se encuentra 20 pasos adelantada a las autoridades.

Este episodio es interesante ya que explora una faceta diferente del personaje, donde descubrimos que Nami no es simplemente una loca que mata gente a sangre fría y también tiene un sentido de la compasión.

Especialmente por otras personas que tuvieron una existencia miserable.

Aunque se convirtió en la criminal más buscada por la policía, la protagonista consiguió construir una existencia normal como empleada de un taller de costuras.

La vida tranquila de la justiciera llega a su fin cuando toma contacto con una red de prostitución que somete a las mujeres con métodos sadistas.

Si bien la temática de la venganza es el tópico que une a todos los episodios de la saga, en Beast Stable el director Shunya Ito propone una película diferente.

Más allá del contenido de explotación, la película se relaciona con la explotación de las mujeres pobres que son forzadas a trabajar como prostitutas y las clínicas clandestinas de abortos.

Pese a todas la situaciones delirantes que se presentan el film de Ito también incluye una crítica social que es imposible de ignorar. Sobre todo en lo referido al sistema de corrupción que ampara esos establecimientos.

Una característica de la obra de este realizador, que acá sobresale especialmente, es el modo en que trabaja todo tipo de situaciones depravadas con una visión artística que juega con las metáforas y los simbolismos.

A diferencia de las películas hollywoodenses o italianas del mismo período que retrataban la violencia, los desnudos y el sexo con el único fin del shock visual, en esta saga japonesa esas situaciones se abordan por medio de una narración más creativa.

Si bien la franquicia pertenece al género de explotación el director Ito le aportó una calidad artística que era imposible de encontrar en otras propuestas similares.

Beast Stable llegó a los cines de Japón en julio de 1973 y el suceso en la taquilla fue tan grande que el estudio Toei estrenó la entrega final de la serie en diciembre de ese año.

El avance original.

 

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