Reseña de Bronx: El nuevo film de Olivier Marchal

Calificación: B-

Hace unas semanas se estrenó en Netflix, Bronx, la nueva película del director francés Olivier Marchal, quien en la última década se consagró entre los grandes realizadores del género policial.

El artista que previamente tuvo una larga carrera como policía, logró desarrollar una respetable filmografia como cineasta, donde fue responsable de grandes producciones como El muellle (2004), considerada el equivalente europeo de Heat (Michael Mann) y  MR 73 (2008).

Sus obras a menudo se concentran en el policial negro con historia turbias y violentas relacionadas habitualmente con el tema de la corrupción.

El proyecto más reciente de Marchal originalmente se había titulado Rogue City, una elección que estaba más en sintonía con el perfil de la trama, pero a último momento por motivos inexplicables lo cambiaron por Bronx, algo que no tiene el menor sentido.

Este producción la verdad que no me terminó de convencer y lo considero la obra más floja y decepcionante del director hasta la fecha.

No porque sea una propuesta mala, sino que no está a la altura de lo que fueron sus trabajos previos.

Me pareció un producto muy desapasionado que el realizador hizo por encargo para Netflix y derivó en un collage de personajes trillados y situaciones inverosímiles.

Jean Reno, quien fue convocado para atraer al publico internacional en el trailer, termina completamente desperdeciado en un rol insulso que podría haber encarnado otro artista desconocido.

Marchal elabora una trama confusa que gira en torno a policía corruptos y mafiosos que vimos reiteradas veces en películas más sólidas.

Los personajes son terriblemente acartonados y presentan estereotipos burdos que no suelen estar presentes en los trabajos del cineasta,ya que sus guiones a menudo suelen ser más elaborados.

No obstante, lo que más me molestó de Bronx pasa por otra cuestión.

En este proyecto Marchal roba de manera burda situaciones e ideas que ya se vieron en producciones hollywoodenses famosas, como la serie The Shield y el clásico de Abel Ferrara, King of New York, con Chrisptopher Walken y David Caruso.

Probablemente aquellos espectadores que no hayan visto esos títulos mencionados o los filmes previos del director, tengan una experiencia diferente con Bronx al no contar con esas referencias.

La violencia extrema es trabajada con realismo y tanto la fotografía como la realización de las secuencias de acción se destacan en los aspectos técnicos.

Sin embargo, el resultado final resulta amargo porque no deja de ser una obra genérica de un director que en el pasado hizo cosas muy superiores.

El tono extremadamente depresivo del relato tampoco ayuda demasiado y el film se olvida enseguida luego de su visionado.

Si tengo que elegir una historia reciente sobre el tema de la guerra entre gánsters y policías me quedo toda la vida con el tremendo piloto de una hora y media de duración que hizo Gareth Evans (The Raid) para Gansters of London.

En ese caso los personajes son más interesantes y la narración te engancha con las situaciones de tension y suspenso.

Bronx no es un desastre y reitero tal vez haya gente que la disfute, pero dificilmente quede en el recuerdo entre los mejores filmes de Olivier Marchal.