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Los caballeros de la mesa cuadrada (1975)

Retrospectiva Camelot: Episodio 14

Llega el turno de resaltar una de las mejores películas relacionadas con el mito artúrico.

Probablemente sea también una de las más grandes obras maestras que se hicieron en el género de la comedia, donde el grupo inglés Monty Python brindó una cátedra del  absurdo y la sátira en el cine.

Los caballeros de la mesa cuadrada (Monthy Python and the Holy Grail) es una de las pocas producciones que tiene la virtud de hacerte reír desde que comienzan los inusuales créditos iniciales hasta la brillante escena final que es desopilante.

No viví como espectador una experiencia semejante con ninguna otra producción de este tipo.

En estos días donde el género de la comedia, al menos en las propuestas que llegan al cine, se ve deteriorado por el humor idiota y sin ideas creativas de Seth Rogen, Judd Apatow y compañía, Monthy Python sigue siendo el último bastión de la comedia decente.

Pasaron más de 40 años de estreno del esta producción y en la actualidad la volvés a ver y te morís risas.

Hacia mediados de los años ´70, la agrupación integrada por Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones Michael Palin, ya estaba consolidada a nivel internacional gracias a la película And Now for Something Completely Different (1971), que recopilaba distintos sketches de la serie de televisión, Monty Python’s Flying Circus.

En Los caballeros de la Mesa Cuadrada los comediantes crearon un proyecto con nuevo material donde ofrecieron una sátira memorable de todos los elementos clásicos del mito artúrico.

La dirección corrió por cuenta de Terry Jones y Terry Gilliam, quien además aportó una serie de secuencias animadas, y el rol de Arturo quedó en manos de Grahan Chapman.

John Cleese encaró a Lancelot mientras que Michael Palin y Eric Idle le dieron vida a distintos personajes que aparecían en la trama.

La premisa de la historia giraba en torno a la búsqueda del Grial y la travesía de Arturo por reclutar a los mejores caballeros de Inglaterra para Camelot.

Desde la primera escena, en la que Arturo aparece montando un caballo invisible y su escudero lo sigue golpeando uno cocos para simular los sonidos del animal, la historia te saca un carcajada y no para hasta el final.

Los personajes atraviesan todo tipo de obstáculos estúpidos que sirven para parodiar la vida cotidiana y política de la Era Medieval.

No siempre todo lo que sucede en el conflicto tiene sentido pero el humor es gracioso y funciona.

Desde los intentos de Lancelot por imitar a Tarzán, la sangrienta y ridícula pelea de Arturo con el Caballero Negro, hasta la aparición de un conejo asesino, los Python se burlan del mito artúrico con situaciones y diálogos muy ingeniosos.

Uno de mis momentos favoritos de esta película es la escena en la que Arturo y los caballeros crean un conejo gigante de madera, que emula el Caballo de Troya, para invadir un castillo.

Algo genial de esta clase de comedias es que el delirio bizarro de la historia es tan grande que resulta imposible adivinar que sucederá a continuación, ya que el humor es completamente anárquico.

En ese sentido una de las grandes escenas de este film tiene lugar con el asesinato de un historiador inglés, quien aparece de la nada en la trama para analizar el mito artúrico. Un hecho que luego tiene repercusiones en el delirante final .

Un detalle particular de Los caballeros de la mesa cuadrada es que requiere numerosas visiones para disfrutar todos los chistes y metáforas que los comediantes incorporaron en el argumento.

En el primer visionado es común que se te pasen un montón de chistes escondidos a los que no les prestaste atención, pero con el tiempo después los encontrás y disfrutás la película desde un ángulo diferente.

Cuando se estrenó en 1975  este trabajo de Monty Python se convirtió en la producción inglesa más taquillera a nivel internacional y en las salas de cine se dio una situación muy particular.

Dentro de la sátira que propone el film la narración de la historia también se burla del cine épico Hollywoodense.

Al igual que en Ben-Hur y Los diez mandamientos, hacia la mitad de la trama los Python incluían un intervalo donde le hacían creer al público que la primera parte de la película había terminado.

Sin embargo, el intervalo duraba pocos segundos y cuando la gente se levantaba de las butacas la película continuaba otra vez. Una situación que se repetía dos veces.

Reitero, dentro de las producciones relacionadas con el Rey Arturo, Los caballeros de la Mesa Cuadrada hizo historia por ser una de las más destacadas y son esas clase de clásicos que no se pueden desconocer.

Hasta el avance original es gracioso y vende el film de un modo creativo.

 

5 comentarios en «Los caballeros de la mesa cuadrada (1975)»

  • Me encanta esta película, cuando la vimos no podíamos parar de reírnos. Son muy genios!!

  • Ese es el humor que me gusta ! Esta, y La Vida de Brian son dos genialidades.

  • Esta esta entre mis favoritas. Esta en ese Olimpo de Comedias de todos los tiempos…Pero creo que esta y This is Spinal Tap son las que veo y re veo y me hacen reir.

  • El tema es que hoy en día el término húmor está bastardeado. No saben que hacer con él. En Hollywood creen que con tener millones de reproducciones en YT y hacer chistes constantes sobre la marihuana, el sexo, el pene y pedos, ya tenés un éxito taquillero y sos el nuevo Comediante (con C mayúscula). Algo que se representa muy bien en South Park con Terrance & Phillip.

    Por eso es que a Seth Rogen no me lo fumo y las peliculas de Judd Apatow me aburren. Hay pocas pelis hoy en día que digas «es una comedia EXCELENTE».

    Me anotaré lo de los pibes de Monty Python, ya varias veces leo de su peso en la historia de la comedia y cine/tv… y por algo debe ser (además que me gusta el humor británico).

    Abrazo Hugo!

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