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Tom Jones en el Luna Park

Disfrutar de un show de Tom Jones en vivo es un espectáculo fabuloso porque se trata de una las más grandes voces que tiene la música popular desde hace más de 60 años.

Encontrarlo en un escenario en el mejor momento de su carrera califica directamente como una experiencia extraordinaria.

El show que brindó Jones el domingo pasado en el Luna Park lo recordaré en el podio de los mejores conciertos a los que asistí en mi vida.

Un espectáculo alucinante que se centró exclusivamente en el Rock and Roll, el blues y el gospel, géneros que integraron la obra maestra de la discografía de Tom: Praise & Blame (2010), Spirit in the Room (2012) y Long Lost Suitcase (2015).

Cerca de las 20 horas Ivan Noble subió al escenario para interpretar algunas de sus canciones con una guitarra acústica.

El público de más de 60 años no recibió bien la propuesta y lo chiflaba, algo que me dio gracia ya que algunos abuelos parecían rolingas de Tom Jones.

El show de Noble se alargó un poco más de los esperado y esto impacientó a la gente en el estadio. Por alguna razón el comienzo del show se demoró casi 40 minutos y el malestar de la gente se manifestó con chiflidos.

Una energía que cambió radicalmente cuando se apagaron la luces del estadio y el guitarrista Scott McKeon comenzó con el poderoso riff de Burning to Hell, clásica canción de John Lee Hooker, que Tom Jones convirtió en la mejor versión que se grabó hasta la fecha.

Enseguida apareció Jones en el escenario quien saludó al público con una extendida reverencia.

Se acercó al micrófono y comenzó la magia que se extendería durante las siguientes dos horas.

Desde el comienzo del show el cantante estableció el tono que tendría el concierto donde el rock and roll y el blues jugarían un papel central.

Es muy fuerte que a los 76 años Jones todavía conserve su registro de voz intacto. Tal vez ya no se esfuerza en llegar a esas notas altas como en su juventud, pero hoy como vocalista le pasa el trapo a la gran mayoría de los cantantes de la actualidad.

El comienzo con Burning Hell fue espectacular y partir de ese momento  se desarrolló lo que sería un show de rock a cargo de Tom Jones.

Luego del primer tema el cantante recordó a Elvis y comentó que en los años ´70 solían reunirse en los hoteles de Las Vegas, luego de sus shows para cantar canciones gospel que era un género que Presley amaba.

Una de esas canciones que solían interpretar juntos dio pie al segundo tema de la noche que fue el clásico God´s Gonna Cut You Down, que hace unos años volvió a cobrar popularidad con la soberbia versión country de Johnny Cash.

La versión de Jones es más blusera y están en sintonía con la música de John Lee Hooker.

A partir de la segunda canción Tom fue alternando los temas de rock y blues con los clásicos que lo hicieron famoso como Delilah, What s New Pussycat, Its not inusual e If I only Knew.

Dentro de la canciones más conocidas la gran sorpresa de la noche fue la inolvidable, èpica y poderosa versión blusera de Sex Bomb.

Es difícil encontrar palabras para describirlo.

tom-jones

A mediados de los años ´80 Tom Jones vivió uno de los momentos más decadentes de su carrera. Llegó un momento donde su fama se apagó y pasó varios años haciendo conciertos en Las Vegas para sus fans de los años ´60.

En 1999 se produjo su regreso triunfal  al mundo de la música con el disco Reload que lo ayudó a posicionarse nuevamente en el mercado y ser descubierto por una nueva generación.

Reload se convirtió en el disco más vendido de su carrera y el tema Sex Bomb literalmente resucitó su vida laboral.

Una canción pop para bailar que tuvo un enorme suceso comercial.

Mientras escribo esto me acuerdo lo que hizo Tom el domingo y no puedo dejar de sonreír. Son esos momentos donde no podés creer en donde te encontrás y lo que está sucediendo frente a tus ojos.

Tom Jones interpretó Sex Bomb en clave de blues. Es decir, la misma letra pero con una melodía diferente más asociada con el estilo de blues de Chicago, onda Buddy Guy, Koko Taylor o Freddie King.

Las primeras estrofas las hizo acompañado de una guitarra y luego se sumó la sección de vientos que le otorgaron ese efecto jazzero que siempre tuvo el bues de Chicago.

Fue muy fuerte de ver como una canción pop menor, hecha para fiestas de casamiento, se transformó en un blues mucho más sensual que sonaba con alma.

Otro gran momento para mí de este show fue el tributo a Elvis que le hizo con Elvis Presley Blues donde le puso todo el corazón a la interpretación.

Algo similar ocurrió con Tomorrow Night,.cuando recordó a su esposa , quien falleció hace unos meses.

En esta primera parte del show también sobresalió el emotivo cover que hizo del clásico de Leonard Cohen, Tower of Song.

A Jones se lo vio disfrutando sus interpretaciones y la interacción con su excelente banda, donde sobresale especialmente el guitarrista Scott McKeon, quien el fue el más aplaudido por el público.

Jones volvió al escenario luego de un breve descanso para brindar otro de los momentos épicos de la noche.

Thunderball.

Mientras interpretaba la canción, a sus espaldas en una pantalla gigante, se exhibían grandes momentos de toda la saga Bond. Piel de gallina para todo fan de 007.

El show concluyó con un homenaje a Prince a través del tema Kiss y el final con Strange Things Happening Every Day, de la genia Sister Rosetta Thorpe, una de las grandes guitarristas pioneras del blues. En el blog subí varios videos de ellas.

No deja de ser loco que mientras otros artistas se encuentran actualmente desarrollando sus giras de despedida, como Aerosmith, Black Sabbath y Kenny Rogers, Tom Jones expresó antes de despedirse que piensa seguir cantando en los escenarios mientras tenga salud.

Que así sea, ya que es uno de los grande gigantes de la músicas que ofrece mucho más que un simple concierto de música.

Su gira actual es una autentica experiencia inolvidable que toca el corazón de cualquier amante del rock y el blues.

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