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Tarzán y la ciudad perdida (1998)

Retrospectiva Tarzán: Episodio 23

Casper Van Dien.

Un gran Tarzán olvidado que no tuvo suerte.

A mediado de los años ´90 hubo un resurgimiento en Hollywood de los grandes héroes del pulp en el cine.

En un breve período de tiempo regresaron a la pantalla grande The Shadow (1994), The  Phantom (1996), El Príncipe Valiente (1997)  y El Zorro (1998).

Los estudios Warner decidieron revivir al hombre mono con una producción de presupuesto moderado que resultó un fracaso comercial en los cines y fue aniquilada por la prensa.

La paradoja de esta situación es que se trata de una de las mejores películas que se hicieron con este personaje que capturó con bastante fidelidad el espíritu de la obra de Edgar Rice Burrroughs.

El diario New York Times fue el único medio en los Estados Unidos que defendió esta película y la recomendó en la reseña.

No llamó la atención que la crítica fuera realizada por un periodista que tenía un claro conocimiento de Tarzán y su historia en el cine.

Esta película no es precisamente una obra maestra del séptimo arte, pero con todas sus limitaciones ofreció una gran aventura con este personaje que tomaba elementos de la saga literaria.

Calificarla como una mala película es un disparate enorme que revela una ignorancia absoluta por Tarzán y la obra de Burroughs. Sobre todo cuando existen verdaderas abominaciones en la filmografía del personaje.

El film fue producido por Stanley S. Canter, quien había sido responsable de Greystoke en 1984.

En esta oportunidad decidió enfocar el proyecto a través del género de aventuras con una propuesta que tranquilamente podría haber sido una novela más de Burroughs.

El rol principal quedó a cargo de Casper Van Dien, quien venía de protagonizar Starship Troopers, el film de Paul Verhoeven.

Para el papel de Jane los productores escogieron a Jane March, recordada actriz del film El amante, basada en la novela de Marguerite Duras.

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El Tarzán de Van Dien estaba claramente en sintonía con la versión del personaje que había establecido Ron Ely en la televisión en los años ´60 y  el héroe de la literatura.

Es decir que el protagonista era presentado como un hombre inteligente y culto que había sido educado en la civilización, aunque todavía conservaba su naturaleza salvaje.

La película incorporaba elementos fantásticos que eran comunes de encontrar en la historias de Burroughs y en rara ocasiones se incorporaban en el cine..

El conflicto se desarrollaba en 1913. La noche anterior a la boda con Jane, Tarzán recibía una visión mística que le alertaba que había problemas en su tierra natal y los guerreros indígenas que conocía estaban en peligro.

El protagonista abandonaba Londres, previa pelea con Jane, para regresar al continente africano.

Luego que se instalaba en la región donde se había criado de chico, el héroe descubría que un explorador buscaba los tesoros de la ciudad de Opar y su misión ponían en peligro a los indígenas que vivían en el lugar.

Una historia que tranquilamente podría haber sido parte de la serie literaria y tiene un notable parecido con La leyenda de Tarzán que llegará a los cines en unos meses.

Lamentablemente el estudio Warner no se jugó demasiado con este proyecto y delegó la dirección en Carl Schenkel, un realizador que venía de la televisión.

En este punto encontramos el gran problema de la película.

Schenkel hizo una película para televisión que no estaba a la altura del tratamiento que habían tenido en el cine otros héroes del pulp que había resurgido en ese momento.

De todos modos, más allá del bajo presupuesto y las limitaciones artísticas de Schenkel para brindar grandes secuencias de acción, la película brindaba una historia decente de Tarzán.

El film incluía algunos elementos populares como el famoso grito de Johnny Weissmuller y la mona Cheeta que aparecía en las últimas escenas.

Lo mejor de esta producción pasó por la interpretación de Casper Van Dien, quien brindó un excelente Tarzán que le hacía justicia a la creación de Burroughs.

Su labor levantó por completo las debilidades técnicas del film.

Otro problema que tuvo esta producción es que la visión original de los productores luego fue destruida por el estudio Warner.

La película tenía secuencias de acción que retrataban la naturaleza salvaje del verdadero Tarzán de Burroughs. Lamentablemente el film fue masacrado en la post-producción, ya que el estudio prefirió encarar el proyecto para un público más familiar.

Gran parte del fracaso comercial de este proyecto tuvo que ver con el hecho que Warner no hizo nada por promocionar el film en los cines.

La película se tuvo una mínima difusión y paso sin pena ni gloria por los cines.

Vuelvo a insistir en este punto.

Tarzán y la ciudad perdida no es una obra maestra, pero si la comparamos con los desastres que se hicieron en Hollywood con este personaje termina siendo una película bastante digna.

Al menos no convirtió al héroe de Burroughs en un chiste.

Hoy quedó en el olvido pero merecía ser destacada en esta retrospectiva por el buen trabajo que hizo su protagonista.

El avance original.

 

4 comentarios en «Tarzán y la ciudad perdida (1998)»

  • Casper Van Dien es un tipo que ha tenido mala suerte. Tranquilamente pudo haber llegado a ser estrella y quedo relegado al «Direct to Video Hell» como lo llaman algunos yanquis.

  • Viste que se viene la serie del Punisher?? Gracias al tremendo exito que tuvo el personaje en la segunda temporada de daredevil!!!

  • A mi la película cuando la vi en su dia en el cine me gustó mucho. Efectivamente el publico en general no ha leído las novelas de Edgar Rice Burroghs que esta película respeta. He visto el último film de Tarzán que se ha estrenado en las salas y me parece que la de la ciudad perdida está a años luz por delante de ella. Te agradezco el recuerdo y la comparación con Ron Ely, para mi es el mejor señor de la selva.

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