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Retrospectiva Sherwood: Robin Hood: Ghost of Sherwood (2012)

Una de las peores películas que se concibieron en la filmografía de Robin Hood, que pese a su horrible ejecución tuvo la intención de hacer algo diferente en esta temática.

La idea la verdad que no era mala, el problema fue que no consiguieron plasmar las ideas del guión en un producto decente.

Pese a todo, Ghost of Sherwood dejó su huella en esta temática al ser la primera película relacionada con Hood que se desarrolló dentro del género de terror.

Los productores buscaron fusionar las historias de zombis y el slasher con la aventura medieval en una combinación extraña que nadie se había animado a trabajar en el pasado.

Tal vez con un realizador más talentoso esto podría haber llegado a buen puerto pero la dirección quedó a cargo de Oliver Krekel, artista vinculado al cine clase Z.

El relato comienza con  la clásica rivalidad entre Robin y el Sheriff de Nottingham con una adición especial que son los elementos sobrenaturales.

Un día Hood y sus hombres terminan ehjecutados en una emboscada planificada por los hombres del rey.

Lady Marian y Little John. desesperados por cobrarse venganza,  acuden a la brujería para revivir al líder de la banda de Sherwood con un ritual satánico.

Robin resucita pero se convierte en un zombi asesino que representa una amenaza mayor a la tiranía del Príncipe Juan,

Al leer la sinopsis de la trama  la premisa la verdad que no es mala y tiene ese potencial de proponer algo diferente, el problema es que en este proyecto la calidad de realización fue un desastre.

Pese a contar en el reparto con dos íconos del género como Tom Savini (Sheriff de Nottingham) y Kane Hodder (Little John), recordado por su interpretación de Jason Voorhees, el producto final fue decepcionante.

Más allá de contar con un presupuesto extremadamente limitado, la calidad del film es realmente deplorable al punto que parece un trabajo amateur que podría haber surgido en You Tube en el 2007.

Las secuencias de acción son de una pobreza impactante y por momentos no queda claro si querían hacer una película de horror en serio o una comedia.

El director Krekel desconoce el concepto de la coreografía y permite que los personajes tengan combates entre sí como si fueran chicos de cinco años.

Sumado al hecho que tiene una duración de dos horas que se hace interminable, no hay demasiado para resaltar, salvo el concepto argumental que en manos de otro realizador más capacitado podría haber funcionado mejor.