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Historia de Wonder Woman: Volumen II

Capítulo 50: Diana no llega a fin de mes

Los años ´90.

Un período en que los cómics en todas editoriales se volvieron rarísimos con cambios extremos en los superhéroes, que en la mayoría de los casos, resultaron fallidos.

Para Wonder Woman significó una etapa de cambios importantes tras el relazamiento memorable que había desarrollado George Pérez.

Cuando estas historietas, que voy a destacar en las próximas entregas del informe, se publicaron inicialmente las odié (literalmente) por las cosas que hicieron con el personaje.

Sin embargo, años más tarde al releer este material, ya de adulto, me di cuenta que no eran tan terribles (salvo por un breve momento nefasto) y entendí lo que los artistas intentaron hacer.

Con el paso del tiempo las entrevistas a los guionistas de la etapa post Pérez también fueron importantes para entender el enfoque que se propusieron darle a la heroína.

El cómic de Wonder Woman tras la partida del gran George quedó en manos de William Messner-Loebs, quien venía de trabajar en la revista de Flash y en el futuro sería recordado por ser el escritor que trabajó a la amazona en la primera mitad de los años ´90.

Desde el momento en que aceptó el trabajo Messner-Loebs tenía claro que él no tenía la capacidad para continuar con esa profundidad que le había dado el autor anterior al personaje, algo que fue alentado por la editorial.

En DC no quedaron en buenos términos con Pérez y la directiva al nuevo guionista fue clara.

Erradicar de los argumentos toda  la espiritualidad new age, filosofía, mitología griega y dramas sociales para convertir a Diana en una superheroína «normal» como el resto de los personajes femeninos.

Por ese motivo Messner-Loebs tuvo que abordar un tratamiento de la amazona muy diferente, algo que en un principio fue un poco chocante para los lectores.

Obviamente con este nuevo perfil DC también apostaba a recuperar a los lectores ocasiones del personaje que se había alejado durante la etapa de Pérez.

En su primer arco argumental importante, que en lo personal siempre me pareció aburrido, el autor desarrolló una aventura espacial, estilo Barbarella, donde Diana termina convertida en una esclava de una raza alienígena  para luego liderar una revolución en ese planeta.

Durante este período se destacaron las excelentes portadas de Brian Bolland (Judge Dredd) quien contribuía con la intención de recapturar a los lectores perdidos.

A partir del número 73 (abril de 1993) la estética del cómic cambia notablemente con la llegada del ilustrador Lee Moder, cuyo arte estaba influenciado por una estética de caricatura.

Diana aparece mucho más musculosa y su físico se ve más voluptuoso como si se hubiera dedicado al fisicoculturismo.

Bill Messner le da a la trama un claro giro Marvel, donde después de muchos años (para ser más exactos desde la etapa Bond Girl de Denny O´Neil en los ´70), Diana debe lidiar con conflictos más pragmáticos.

Tras su regreso a la Tierra la protagonista descubre que Themyscira desapareció, junto con todas las amazonas, y nuestra heroína se queda literalmente en la calle.

Al no ser un miembro activo de la Liga, su paga es baja y por primera vez en su vida, Diana tiene que lidiar con eso problemas humanos, que antes no la preocupaban, como el hecho de conseguir un trabajo.

Su misión pacifista como embajadora de Themiscira no puede continuar, sino se asegura un techo y las raciones elementales de alimento.

Lo que antes daba por descartado, ahora se convierte en un problema.

Así es que la más grande heroína de todos los tiempos, princesa y guerrera amazona, un día termina como cajera de un restaurante de burritos.

Hecho que brindó una portada histórica del maestro Bolland en abril de 1993.

Diana duerme en un sofá cama que le presta la familia Kapatellis, cuyas integrantes  quedan relegadas a un rol muy secundario, al igual que Steve Trevor y Etta Candy.

Wonder Woman entonces divide su tiempo entre la preparación de burritos y la atención al público en el restaurante y el encuentro con algún villanos de turno, mientras espera que en la Liga le habiliten unos pagos atrasados.

Cuando estos cómics surgieron en los ´90 me quería matar porque era deprimente ver a Diana en una revista de este estilo. Venía de la etapa de gloria de Pérez y ahora era cajera de un local de burritos.

Sin embargo al releer estos números en la actualidad los encuentro más divertidos por el concepto disparatado que proponía Messner-Loeb.

La era de los burritos por suerte no duró demasiado y Diana enseguida se daba cuenta que desperdiciaba su existencia con ese trabajo, cuando podía usar sus habilidades de otro modo.

En los siguientes números incursionó brevemente como detective privada, donde se relacionó con todos tipo de sujetos inescrupulosos.

Algo que eventualmente la llevaba a enfrentarse con peces gordos de la Mafia.

Otra característica de esta etapa es que Wonder Woman se relaciona más con otros personajes de DC, muy especialmente Wally West (Flash) y el nuevo Superman peli largo que había regresado de la muerte.

Messner consigue un buen balance entre la acción y la comicidad que en el número 78 gira a un tono más serio.

Etta Candy, quien prepara su casamiento con Trevor, reaparece mucho más delgada de habitual para el horror de Diana, quien intuye un problema alimenticio cuando su amiga se desmaya de la nada.

En una muy buena charla entre los dos personajes, Diana la obliga a comer y le recuerda que el único motivo por el que ella tiene ese físico es que se lo asignaron los dioses y en el mundo real de los humanos ninguna mujer podría tener el mismo cuerpo.

Esa historia fue muy bien recibida entre los lectores y contribuyó a que Messner Loeb se consolidara en la revista.

Sin embargo, los cambios radicales en su etapa todavía estaban por venir.

Continuará.

 

4 comentarios en «Historia de Wonder Woman: Volumen II»

  • Que increible tantos cambios en la línea edotorial de un personaje a lo largo de su historia. A que se debían principalmente a caídas en las ventas?

  • No tanto a la ventas porque hace más 75 años que se mantiene vigente, salvo por ese breve período donde se preparó el relanzamiento de Pérez. Creo que pasa por un cuestión de buscar un nuevo target de lectores y renovar el público.

    Además cada autor quiere brindar su propia versión del personajes y ahí es donde se producen estos cambios locos que a veces son desconcertantes.

  • Entiendo el cambio de timón respecto a la salida de Pérez. Eran 2 alternativas… o copiarlo y perder estrepitosamente (y DC quedar más en evidencia) o meter el cambio de rumbo.

    Veremos como sigue. Gran informe Hugo!

  • Una de las cosas copadas que tiene Messner Loebs es como retrata a la gente de a pie. Su run en Flash es hermoso en ese punto, porque supe leer su etapa con Wally West como Flash y justo el personaje coincidía en edad conmigo y era buenísimo verlo al tipo lidiar con problemas similares a los míos (no tener guita, parientes molestos, vecinos rompebolas y encima a veces él se comportaba como un imbécil…como lo haría cualquier pendejo XD) y no podía sentirme más identificado.

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