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True Crime: Una novela de Max Allan Collins

Una extraordinaria propuesta literaria que combina el policial negro con la novela histórica y lamentablemente nunca tuvo difusión latinoamérica.

Es raro encontrar notas sobre la excelente saga de Max Allan Collins que cuenta con gran prestigio en Estados Unidos e inclusive es muy valorada por otros autores del género.

Las memorias de Natan Heller se publican con continuidad desde 1983 y hasta la fecha la colección está integrada por 16 libros, el último editado el años pasado.

La trama se centra las experiencias de un detective privado de Chicago que a lo largo de su carrera termina involucrado en casos policiales reales, donde se codea con personalidades famosas del mundo de la política, el crimen organizado y el espectáculo.

No hay otra saga como esta que entretiene con un buen policial pero además ofrece un contenido histórico apasionante.

Para ser justo, muchas novelas de James Ellroy tienen un tratamiento similar pero Collins lo supera por completo en el terreno de la investigación y el tratamiento de los hechos reales.

La investigación que hizo el autor para cada relato de Heller es descomunal y al final de cada libro se recomienda la bibliografía que inspiró la trama, con el objetivo que el lector pueda profundizar más en los temas.

Reitero, no hay otra serie policial como esta y es una pena que los libros no fueran traducidos al castellano.

Por suerte a través del Kindle hoy podemos acceder al enorme catálogo de Amazon donde se pueden conseguir estas cosas con facilidad.

El año pasado destaqué entre mis libros favoritos del 2016 la primera entrega de la saga, True Detective, que presentaba a Nathan Heller en el marco de la caída de Al Capone.

Es historia se desarrollaba en 1932 y giraba en torno al atentado contra el gángster Frank Nitty, organizado por el Alcalde Anton Cermak y la represalia de la Máfia que generó ese hecho.

La segunda historia de Heller se ambienta en 1934 y tiene como protagonista a este señor.

Durante el verano de aquel año John Dillinger se convirtió en el enemigo número uno del FBI y era buscado intensamente en todos los Estados Unidos.

Una situación muy compleja para la policía porque había numerosos avistamientos del delincuente en diferentes regiones de ese país y los agentes federales no podían encontrarlo.

Dillinger, que se había sometido a varias cirugías estéticas, volvió loco a las autoridades y la frustración de las autoridades llevó a que la policía llegara a herir personas inocentes que había sido identificadas por error como el ladrón de bancos.

Por otra parte, Dillinger contaba con cierta popularidad por el modo en que se manejaba en los asaltos.

Siempre robaba el dinero de las bóvedas de los bancos sin agredir a nadie en un tono muy cortés y tenía la particularidad de ayudar a los más pobres en plena era de la Depresión.

Esa imagen de Robin Hood que tenía el criminal generó que mucha gente no colaborara con la policía porque no lo veían como una amenaza.

Un caso muy distinto era el de algunos integrantes de su banda, como Baby Face Nelson y Homer Van Meter que tenían la imagen opuesta entre la gente debido a la violencia con la que se manejaban.

En este marco histórico se desarrolla la historia de Max Allan Collins.

Un día se presenta un cliente a la oficina del detective para solicitar sus servicios. Un hombre está convencido que su esposa tiene un amante y le pide a Heller que siga a la mujer y confirme su infidelidad.

Lo que comienza como una aburrida rutina de trabajo para el protagonista se complica cuando descubre que el amante de la mujer tiene un notable parecido con John Dillinger.

Esto genera un enorme dilema moral para Heller. Por un lado podría modificar su desastrosa relación con la policía de Chicago, con la que tiene una pésima relación, al identificar al famoso ladrón que es el «enemigo público número uno».

Sin embargo, si estuviera equivocado podría hacer ejecutar a una persona inocente, ya que en el FBI los amigos del gatillo fácil están obsesionados con la idea de matar a Dillinger.

La primera parte de la novela es muy atrapante y gira en torno a este tema que se trató hace un tiempo en la película Enemigos públicos de Michael Mann.

Un film que se tomaba muchas libertades y presentaba un retrato heroico del policía Melvin Purvis, interpretado por Christian Bale.

En el trabajo de Collins, Purvis queda muy mal parado y es retratado como un hombre inestable, cuya negligencia solía poner en peligro la seguridad de los civiles.

Sin embargo, en Hollywood lo convirtieron en un héroe implacable que originó varias películas.

La segunda parte del libro se enfoca en la caída de la banda de Dillinger, donde tiene un rol importante otra figura famosa del mundo del hampa: Ma Barker.

Según la leyenda y la exageración del cine hollywoodense la señora Barker fue una de las más grandes criminales en la historia de los Estados Unidos.

Junto con sus hijos lideró una peligrosa banda que cometió númerosos robos y secuestros entre 1931 y 1935.

Esa es la versión de la historia que el FBI le vendió a la opinión publica, para justificar el brutal asesinato de la anciana a cargo de los agentes de J. Edgar Hoover.

Hoy la mayoría de los historiadores (y Max Allan Collins sigue esta línea en la novela) coinciden que Ma Barker no tenía ninguna autoridad en la banda que integraban sus hijos, que por cierto eran muchachos muy peligrosos.

La señora Barker fue masacrada por la policía en el operativo para capturar a los verdaderos delincuentes y luego le crearon esa historia falsa para ocultar el asesinato.

El autor le da un rol menor a la mujer en la banda Barker para retratar la impunidad y violencia con la que se desenvolvían sus hijos.

Ma Barker se convirtió en un ícono popular a raíz de esa gran novela policial que fue El secuestro de Miss Blandish, de James Hadley Chase, cuya villana estaba basada en la famosa anciana.

Luego el cine se encargaría de inmortalizar su imagen en un ficción exagerada que nada tenía que ver con la realidad.

Una vez que la leyenda estaba instalada en la cultura popular, el concepto de la anciana que lidera una banda  de criminales apareció una y otra vez en el cine y la televisión. Desde la serie de Batman de los años ´60 hasta Los Goonies.

Algo fantástico de True Crime y el motivo por el que recomiendo su lectura es el modo en que Collins transporta al mundo de los gángsters de los años ´30.

El retrato del período histórico es brillante y la trama presenta un gran policial negro que no defraudará a ningún seguidor del género.

En lo personal pienso seguir leyendo esta serie que nuevamente debo destacar entre mis lecturas favoritas del año.

Cabe destacar que Max Allan Collins es famoso por haber sido autor del cómic de Dic Tracy durante muchos años, además de crear la novela gráfica Camino a la perdición, adaptada en el cine con Tom Hanks.

Sin embargo fue la saga de Nathan Heller con la que se ganó el respeto entre los escritores famoso de la novela negra.

 

 

 

 

 

2 comentarios en «True Crime: Una novela de Max Allan Collins»

  • Ufff que golazo. Estaba buscando algo para leer ahora y esto me vino como anillo al dedo. Ya este año, después de posponerlo banda, leí las crónicas de Prydain (que buena saga lpm), asi que este seguramente vaya de cajón.

    Consulta Hugo, ¿se consiguen digitalmente en español?

    Gracias!

  • No que yo sepa, la verdad que nunca los vi Juanma, pero a lo mejor alguien los tradujo y están por ahí. Habría que buscar.
    Saludos!

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