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Manhattan Melodrama (1934)

En el día de ayer recomendé una gran novela policial, True Crime, que gira en torno a los últimos días del famoso ladrón John Dillinger.

Siempre me impactó muchísimo el hecho que el delincuente, en el momento en que era buscado en todo el país por el FBI, saliera de su escondite para ver una película en el cine con la que estaba obsesionado.

Diller era un cinéfilo apasionado a tal punto que todos sus biógrafos coinciden que era su pasatiempo favorito.

El cuatro de mayo de 1934 se estrenó en los Estados Unidos, Manhattan Melodrama, una película sobre el mundo de los gángsters que reunía a las tres estrellas más prometedoras de ese momento.

Clark Gable, William Powell y Myrna Lloy, quienes se convertirían en importantes figuras del cine hollywoodense luego de protagonizar este film.

La química entre los tres era tan grande que el boca en boca del público enseguida convirtió al film en un suceso inesperado para el estudio Metro-Goldwyn-Meyer, que no daba dos pesos por esta producción.

No porque fuera una historia mala, sino que para los directivos de la compañía era un título más sobre el que no tenían ninguna expectativa.

Manhattan Melodrama resultó un éxito inesperado y al poco tiempo de su estreno se convirtió en la película sobre la que todo el mundo hablaba.

Dillinger estaba obsesionado con el hecho de poder verla y durante dos meses trató de olvidarse de esta cuestión porque su situación era muy complicada.

Sin embargo, su inquietud por perderse este estreno lo llevaron a tomar el riesgo de exponerse en público.

Por supuesto lo que nunca imaginó es que una de las mujeres con la que se relacionaba lo traicionaría a las autoridades.

Dillinger consiguió ver la película que tanto deseaba pero a la salida del cine fue ejecutado por la policía.

De ese modo nacía una nueva leyenda en la cultura popular y Manhattan Melodrama pasó a convertirse en «el último film que vio John Dillinger antes de ser abatido».

Una cuestión que explotaría el estudio comercialmente para el disgusto de la actriz Myrna Lloy.

No deja de ser interesante a los niveles que puede llegar el morbo del ser humano en estas cuestiones.

La figura de Dillinger era tan grande que poco después de su muerte el FBI exhibió el cadáver al público para que la gente pudiera verlo y sacarse fotos ante el macabro espectáculo.

Al ver Manhattan Melodrama es imposible no pensar  lo que debe haber pasado por la mente del ladrón durante el visionado de este film, ya que Clark Gable interpreta a un delincuente con un carisma similar al del legendario delincuente.

La trama se centraba en la amistad de dos niños huérfanos que atravesaban varias tragedias personales y se convertían en hermanos al crecer juntos.

En los primeros 15 minutos del film Mickey Rooney encarna el rol de Gable en la infancia, donde demuestra por qué fue una de las más grandes estrellas de cine de todos los tiempos.

En la últimas décadas de su vida Mickey tenía un ego insoportable y el mismos solía venderse como una de las grandes figuras en la historia Hollwyood. El tema es que tenía razón y ya desde los comienzos de su carrera se podía percibir que era un talento diferente.

Con el paso de los años los amigos toman caminos diferentes.

Blackie (Gable) se convierten en un carismático y seductor delincuente, que por esas «casualidades» de la vida su personalidad remite bastante a Dillinger, mientras que Jim (Powell) emprende la carrera de abogacía.

Eventualmente se enamoran de la misma mujer pero las cosas se complican entre ellos cuando Blackie comete un asesinato y Jim resulta el fiscal encargado de condenarlo a muerte.

La palabra melodrama en el título del film no aparecía por casualidad pero el conflicto era apasionante por las interpretaciones que brindaban los protagonistas.

El clímax entre Gable y Powell ofreció uno de los grandes momentos cinematográficos del siglo 20. Son esos momentos que quedaron grabados en la historia de este arte.

Hay dos cuestiones que están muy bien trabajadas en la trama.

El difícil dilema moral que enfrenta Jim a la hora de condenar a muerte a un hermano de la vida y la relación de Blackie con el mundo del crimen. El personaje de Gable entiende que no hay otra salida posible para él que no sea el ambiente del hampa, porque fue el círculo social con el que se formó como adulto.

La dirección corrió cuenta de W.S.Van Dyke, quien al año siguiente sería nominado al Oscar por esa gran comedia de misterio que fue The Thin Man, la primera de las 13 películas que volvería a reunir a William Powell con Myrna Lloy.

Melodrama Manhattan ganó un Oscar al Mejor Guión Original en 1934.

Un gran clásico que pese a todo sigue siendo recordada como la última película que vio John Dillinger antes de ser asesinado por el FBI.