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El Disney olvidado: Una banda loca, loca (1968)

Capítulo 55

La única incursión de Kurt Russell en el género musical y la película más política en la historia de los estudios Disney.

Dos buenos motivos para prestarle atención a Una banda loca, loca que originalmente se título The One and Only, Genuine, Original Family Band.

Una película live action de Disney que pese a no ser popular jugó un papel importante en la vida personal de Russell, ya que en este proyecto conoció a Goldie Hawn, quien es su pareja desde hace más de tres décadas.

Esta producción representó el debut cinematográfico de la actriz a los 23 años, quien aparecía en los créditos como Goldie Jeanne.

De acuerdo a lo que ambos artistas manifestaron en entrevistas, durante la filmación de este proyecto no se conectaron demasiado porque estaban en etapas diferentes de sus vidas.

Goldie ni siquiera llegó a desarrollar una carrera en Disney ya que al año siguiente, en 1969, ganó un Oscar como Mejor actriz de reparto por la comedia Cactus Flower y enseguida se convirtió en una de las nuevas promesas de Hollywood.

Russell tuvo que remar un poco más su vida laboral y aunque se destacó como figura juvenil del estudio recién empezó a llamar la atención en el cine a fines de los años ´70.

El romance entre ellos nació en 1983 durante la filmación de Swift Shift, que previamente reseñé en el blog.

En Una banda loca, loca ambos tenían roles muy secundarios, ya que la estrellas principales eran Walter Brennan, Buddy Ebsen (el recordado Barnaby Jones), John Davidson y Lesley Anne Warren (Clue).

Brennan, la figura principal del reparto, quedó en la historia del cine por ser el único actor (junto con Daniel Day Lewis) en ganar tres premios Oscar a lo largo de su carrera y cuando hizo esta película era uno de los artistas veteranos más importantes de fines de los años ´60.

Una banda loca, loca es por lejos una de las películas más extrañas de este estudio y por ese motivo también quedó completamente olvidada con el paso del tiempo.

Luego del éxito comercial de Mary Poppins, en 1964, Walt Disney enfocó las producciones live action en el género musical, donde los Hermanos Sherman fueron los responsables de crear muchas canciones de esas propuestas.

En este proyecto los compositores encontraron uno de los más grandes desafíos de su carrera, debido a que Disney tuvo el capricho de convertir una novela política en una comedia musical.

La trama se inspiraba en el libro de Laura Bower Van Nuys, The Family Band, y narraba la historia de una familia de apasionados demócratas que en 1882 se mudaban al territorio de Dakota, donde sus habitantes eran en su mayoría republicanos.

El conflicto se centraba en el choque de ideologías entre la familia demócrata, cuyos miembros integraban una banda musical, y el resto de los vecinos del pueblo.

La película exploraba muy bien el modo en que las discusiones ideológicas podían dividir a la gente, al mismo tiempo que resaltaba la importancia de la militancia política.

Lo más curioso de todo es que el conflicto se desarrollaba a través de numerosas escenas musicales. La historia es muy desconcertante en ese sentido, ya que en una escena los personajes son retratados en discusiones políticas y un minuto después se ponen a cantar rodeados de bailarines.

Walter Brennan era el abuelo demócrata, quien metía en problemas al resto de sus familiares con sus acciones y opiniones que generaban un escándalo en el pueblo conservador donde vivían.

Kurt Rusell, en su segunda película para Disney, tenía un rol muy secundario y recién adquirió más popularidad al año siguiente cuando protagonizó Mi cerebro es electrónico (1969). Lo más curioso de su actuación para por verlo verlo participar en las escenas musicales, algo que no volvería a ocurrir en su carrera.

Una banda loca, loca fue uno de los últimos proyectos con lo que Walt estuvo vinculado antes de morir en 1966 y nunca llegó a ver el film terminado.

La película se estrenó el 21 de marzo de 1968 y originalmente tenía una duración de 156 minutos.

Sin embargo el Radio City Music Hall exigió que se cortaran 20 minutos porque era demasiado larga para su exhibición y el estudio ofreció un corte de 110 minutos.

Ya sea por el contenido de la historia o el hecho que el público no se enganchó con la idea de ver un musical político, la película del director Michael O’Herlihy fue un fracaso absoluto y en poco tiempo se levantó de cartel.

El cineasta había filmado otra rareza para Disney como fue el film de aventuras, El príncipe de Donegal (1966) y luego del desastre comercial de esta producción nunca más volvió a trabajar en el cine.

Su carrera se concentró en la televisión donde dirigió muchas series famosas hasta fines de los años ´80.

La película sólo se emitió una vez por la televisión norteamericana en 1981 y después de quedar en el olvido por más de 20 años, en el 2004 obtuvo su edición en dvd.

Una propuesta tan extraña como interesante que recomiendo buscar a los apasionados del estudio Disney o seguidores de Kurt Russell.