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El caballero negro (1954)

Retrospectiva Camelot: Capítulo 5

A mediados de los años ´50 la leyenda de Camelot y sus personajes cobró una enorme popularidad gracias al film protagonizado por Robert Taylor, Los caballeros del Rey Arturo, que reseñé la semana pasada.

Debido a su éxito comercial este tipo de propuestas empezaron a llegar a los cines con mayor frecuencia.

Un año después de aquella producción mencionada Albert «Cubby»Broccoli, el padre de James Bond en el cine, desarrolló El caballero negro con su compañía Warwick Films.

Algo muy loco de esta empresa es que a diferencia de los que se hacía en el resto del cine inglés, Broccoli buscaba que los actores ingleses estudiaran mejor el acento noretamericano para que pudieran ser entendidos en los Estados Unidos.

Broccoli no financiaba películas para que se exhibieran únicamente en los festivales de cine, él quería que el granjero de Ohio también pudiera pagar su entrada de cine y entender el acento de los actores.

Por esa razón, los protagonistas de sus proyectos siempre era estrellas de Hollwood. Warwick Films no hacía películas inglesas sino producciones hollywoodenses que se filmaban en Inglaterra.

Cuando Los caballeros del Rey Arturo resultó un éxito comercial, Cubby enseguida armó un proyecto para explotar el mito artúrico.

Para este film contrató como protagonista a quien era a mediados de los años ´50 la estrella mejor paga de Hollywood: Alan Ladd.

Ladd era una figura muy popular en ese momento que convocaba mucha gente a los cines. El actor era principalmente conocido por su labor en filmes policiales, junto a Veronica Lake, como These Gun for Hire (1949).

El artista se encontraba en el pináculo de su carrera y venía de protagonizar Shane (1953), uno de los westerns más importantes que se hicieron en la década de 1950.

Como haría años después con la saga Bond, Broccoli utilizaba fórmulas que funcionaban y las explotaba para aprovechar los fenómenos de ese momento.

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La elección de Ladd para este proyecto fue rara porque representaba un género diferente para el actor, quien estaba más asociado con los cowboys y los detectives privados.

En esta historia interpreta a un herrero que es entrenado en su oficio cerca del castillo de Camelot. El hombre se encuentra enamorado de Lady Linet, quien lo corresponde con el mismo afecto.

Sin embargo, debido a su condición de campesino el joven John no tiene ninguna chance de concretar esa relación. Para revertir esa situación, el herrero entonces crea una identidad secreta en la que se hace llamar «El caballero negro».  De esa manera puede entrar a la corte de Camelot y  acercase a la joven que ama.

Mientras se encuentra en el castillo el herrero descubre un complot organizado por un grupo de sarracenos e ingleses de Cornwall, quienes planean derrocar a Arturo para acabar con la religión cristiana en Gran Bretaña.

La verdad que la historia está buena y presenta todo un conflicto cultural y político que es muy interesante, más allá de la aventura y la acción.

Algo muy gracioso de esta película que nunca pude entender cómo se les escapó a los productores es que «el caballero negro» usa una armadura blanca.

Su nombre no tiene el menor sentido pero en la historia nadie se da cuenta.

Cubby Broccoli y el director Tay Garnett, quien previamente había hecho el musical con Bring Crosby , Un yankee en la corte del Rey Arturo (previamente reseñada en este informe) abordaron esta producción con un tratamiento muy similar a lo que había sido Los caballeros del Rey Arturo.

Es decir, el retrato del mundo de Camelot es realista y se eliminaron todos los elementos fantásticos, a tal punto que en la historia no aparecen Merlín ni Morgana.

El rey Arturo, interpretado por Anthony Bushell, en este caso es un hombre aburrido y viejo que nunca llega a ser nada interesante.

En parte porque el foco de atención está puesto en el caballero negro que encarna Ladd.

Otras figuras famosas del reparto que en esta historia se destacan como los dos conspiradores son Peter Cushing y Patrick Troughton, famoso actor de la serie Doctor Who. 

La película de Garnett presenta un retrato idílico de la Edad Media donde no faltan los vestuarios coloridos y los duelos de justa.

El tratamiento de la acción sigue ese estilo teatral que tenían los combates de esgrima de ese momento en el cine.

Una crítica que le hicieron los medios a este film en ese momento ese que Ladd no terminaba de encajar en el rol del caballero aventurero y yo estoy de acuerdo.

Su trabajo no está mal pero cuesta comprarlo en ese rol y no tenía para estos papeles la presencia de Robert Taylor que tenía el look perfecto para los caballeros medievales.

Algo loco del trabajo del Ladd es que apenas participó del rodaje once días y casi todas las escenas que se ven con el personaje enmascarado o las escenas de acción se completaron con un doble que tenía un gran parecido físico con el artista.

El caballero negro es una película entretenida y algo que siempre me gustó es que le da una explicación original a la posición de los muros en el monumento de Stonehedge.

El film producido por Broccoli fue un éxito comercial en su momento y esto alentó a que los personajes de Camelot se consolidaran en el cine con más películas que llegarían un tiempo después.

 

3 comentarios en «El caballero negro (1954)»

  • Me acuerdo cuando era muy chico ver una peli en la q mostraban q stonege era un lugar de reunion. Y en un momento durante una reunion voltean varias piedras empujandolas como dominos.

    Es esta?

    Me dieron ganas de buscarla. Shane es de mis westerns favoritos

  • Jajaja ahora no se si lo mio es buena o mala memoria porque es lo único que me acuerdo pero era miy chico

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