Milagro en la calle 8

Seguramente coincidirán conmigo que Cuentos Asombrosos fue una de las grandes joyas que brindó la televisión de los años ´80.

Hay historias que son brillantes y tuvieron un nivel de realización impecable como sólo podía ofrecer una producción de Steven Spielberg.

Ya la voy a reseñar en detalle más adelante.

Lo cierto es que  entre esos relatos que formaron parte del programa hubo uno especial que tuvo un destino muy especial.

Me refiero a Milagro en la calle 8, cuyo título original era Baterías no incluidas.

Mick Garris, conocido por sus adaptaciones de obras de Stephen King, como Sleepwalker, Apocalípsis, El resplandor (la miniserie) y más recientemente Bag of Bones fue el responsable de crear esta historia para la serie Cuentos Asombrosos.

Sin embargo, a Steven Spielberg le gustó tanto que prefiero trabajar el guión en una película para el cine.

Así nació este gran clásico de los años ´80 que presentó una típica historia sentimentalista y positiva de Frank Capra, con un enfoque más dedicado a la fantasía y la ciencia ficción.

Mathew Robbins, el director de un clásico de culto como La leyenda de Billie Jean (Helen Slater), previamente reseñada, fue el realizador a cargo de este film.

Robbins luego fue guionista también de Mimic, la película de Guillermo del Toro.

En este caso adaptó también la trama de Mick Garris para el cine junto con Brad Bird, quien luego haría los filmes de animación El gigante de hierro y Los increíbles, y los guionistas de Tremors, Brent Maddock y S.S . Wilson.

Y como si esto no fuera poco el reparto estuvo liderado por Jessica Tandy (Conduciendo a Miss Daisy) en un rol memorable, su esposo en la vida real, Hume Cronyn (Cocoon) y Frank McRae (El último gran héroe).

A veces con el paso del tiempo uno llega a olvidarse de estas cosas, pero cuando volvés a ver este film te das cuenta que tuvo gran un equipo de gente talentosa.

La historia se centraba en los vecinos de un edificio que estaba a punto de ser demolido por una compañía. Como la gente se negaba a abandonar sus hogares los directivos de la empresa contrataban a unos pandilleros para que los desalojaran.

Sin embargo, los vecinos recibían la ayuda de unas pequeñas naves espaciales mecánicas que los ayudaban a mantener su resistencia contra la demolición.

Milagro en la calle 8 fue una gran película que logró mantenerse vigente con el paso del tiempo gracias a los memorables efectos especiales de la compañía de George Lucas, Industrial Light & Magic.

El trabajo que hicieron con los pequeños robots fue soberbio y estuvo completamente adelante a su tiempo.

La prueba la encontrás en que te ponés a ver hoy la película y los efectos no se ven antiguos.

Es más, este años se estrenaron películas en el cine donde los efectos digitales se veían totalmente artificiales.

Siempre me enganchó esta película por sus personajes y por supuesto los robots que eran alucinantes y muy originales.

El trabajo de Jessica Tandy es alucinante y su personaje hoy me recuerda muchísimo a la abuela de la serie animada Oye Arnold.

Milagro en la calle 8 es unos de los poquísimos filmes que todavía disfruto verlo con el memorable doblaje latino, que reunió voces muy famosas de los dibujos animados de los años ´80.

Cabe destacar el olfato de Spielberg para detectar una historia que puede pegar en el público.

Lo que podía haber sido un episodio más de Cuentos Asombrosos lo convirtió en una gran película que terminó siendo un éxito.

Milagro en la calle 8 no sólo recibió muy buenas críticas cuando se estrenó en 1987, sino que además se destacó como uno de los filmes más taquilleros de 1987.

Es difícil encontrar filmes familiares de este nivel por estos días y por eso la historia de los pequeños robots sigue siendo un clásico que cada tanto vuelvo a ver.

Para los que tienen Netflix pueden encontrarla en la programación y disfrutarla en HD con el doblaje latino si te pinta la nostalgia. Si no la podés también con subtítulos.

El avance original.

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