Chocolate: Un film de Prachya Pinkaew

Hacia mediados de los años ´70 en Australia surgió una nueva camada de cineastas que revolucionaron el género de acción con producciones independientes que superaban en materia de realización a las grandes películas de Hollywood.

Directores como Brian Trenchard Smith (The Man from Hong Kong) y George Miller (Mad Max) enloquecieron al público en su momento con secuencias de acción increíbles que no tenían antecedentes en el cine.

Los australianos estaban totalmente pirados y hasta el día hoy los dobles de riesgo de ese país tienen la reputación de ser los más extremos del mundo por las cosas que hacen frente a las cámaras. Especialmente con los autos.

En la actualidad está ocurriendo lo mismo con el cine de acción que viene de Asia donde aparecieron nuevos cineastas que no paran de sorprender con sus trabajos.

Un ejemplo de esto es la producción de Tailandia que en los últimos años se convirtió en una auténtica revelación con la obra del director Prachya Pinkaew, quien sobresalió en el género con los filmes de artes marciales Ong Bak (2003) y The Protector (2005).

Ambas producciones estuvieron protagonizadas por Tony Jaa, quien es una de las nuevas y grandes figuras del cine asiático reciente.

Las películas de Pinkaew son muy interesantes de ver para cualquier fanático del cine de acción porque evocan, con una propuesta visual moderna, el viejo cine de artes marciales japonés que tuvo su furor en los ´70.

Chocolate es una tremenda historia de acción protagonizada por Jeeja Yanin, una chica de 27 años, que en mi opinión es la figura más prometedora dentro de este género que apareció en el último tiempo.

Creo que las secuencias de artes marciales de esta propuesta se destacan como uno de los trabajos más brillantes realizados en la última década.

No hay palabras para describir el trabajo que hace la protagonista que es totalmente escalofriante, porque acá no hay efectos especiales generados por computadoras ni cables que sostienen a los actores.

Todo lo que ves es real y te impacta por lo jugadas que son esas escenas donde al mínimo error puede morir alguien.

Hace mucho que una película de acción no me impactaba tanto como esta y Chocolate lo logró con algunos momentos increíbles.

Ver a Jeeja Yanin en este film me recordó a mi actriz favorita del género, la gran Etsuko Shihomi, responsable de la saga The Sister Street Fighter y discípula apadrinada de Sonny Chiba, quien en los años ´70 sobresalió como la primera gran heroína japonesa del cine de acción.

Etsuko era más chica (tenia 19) cuando hizo aquellas películas, pero también se destacaba por una destreza impactante en las artes marciales.

La trama de Chocolate gira en torno a una joven autista, hija de un yakuza y una asesina de la mafia tailandesa, que aprende técnica de combates mirando películas de acción. Su destreza la aplica contra una banda de mafiosos que le deben plata a su madre, quien se encuentra enferma de cáncer.

Con esto te doy un poco una idea de que va el conflicto general, ya que esta sinopsis filmada por Pinkaew se convierte en un desquicio absoluto donde no faltan gángsters travestis, boxeadores epilépticos y todo un desfile de personajes totalmente delirantes.

Otro punto en común con la saga The Sister Street Fighter.

Lo interesante y divertido del cine de Pinkaew es que no se toma en serio sus historias y desde la primeras escenas el director marca el tono de la película con bastante humor que te anticipan las situaciones grotescas que vas a ver luego, si bien también hay algunos momentos emotivos.

Muchos críticos que tienden a mirar películas de acción solamente en festivales de cine y creen que el género nació con Kill Bill, tienen la tendencia de comparar a Pinkaew con Quentin Tarantino, cuando en realidad no tienen nada que ver.

Me encanta Tarantino pero no inventó el cine de acción, que por cierto, ya tenía una larga historia antes que él hiciera películas.

El arte de Pinkaew toma sus influencias del cine japonés de los años ´70, muy especialmente el que producía la productora Toei, que brindaba hace 40 años atrás filmes muy similares a Ong Bak y Chocolate.

Si te ponés a ver clásicos como Hapkido (1972), con Angela Mao y Sammo Hung, Back Alley Princess (1973), Sister Street Fighter (1974) o Dragon Princess (1979), con Sonny Chiba y la querida Etsuko Shihomi, vas a descubrir que es un cine muy similar al que hoy hace Pinkaew.

Lo bueno de este director tailandés es que de alguna manera sus películas trajeron de vuelta el género a sus raíces, con este tipo de producciones que realmente hacen ver a las artes marciales como el verdadero arte que son, sin contaminar las escenas de pelea con efectos digitales.

Pinkaew es un claro heredero del cine de acción de la vieja escuela tal cual se hacía en los ´70, con la particularidad que su narración tiene una edición moderna.

Por eso comparo también a Jeeja Yanin con Etsuko Shihomi, porque cuando la ves en acción, con ese talento que tiene para las artes marciales, te retrae a las pasadas heroínas gloriosas del cine japonés que trabajaban de la misma manera, con una dedicación que hoy no es tan frecuente de encontrar en la pantalla grande.

Cuando termina Chocolate quedate a ver después de los créditos finales las imágenes que se muestran sobre la filmación y los heridos que hubo en el set y vas a entender mejor a lo que me refiero.

Una particularidad que tiene esta chica encima es que le brinda una gran humanidad y vulnerabilidad a su personaje y esto genera que las escenas de combate sean más apasionantes porque ella no luce precisamente como una asesina implacable.

Va a ser interesante seguir su carrera dentro del género.

Chocolate se editó en dvd en nuestro país por lo que la pueden conseguir sin problemas.

Si no la vieron todavía traten de hacerlo porque es una gran película de acción.