Crónicas policiales

Andrei Chikatilo: La bestia de Rostov

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SEGUNDA PARTE

Un curioso error histórico.

En realidad la palabra «caníbal» surgió de la mala interpretación que hicieron los conquistadores que llegaron por primera vez a las Antillas de la palabra «Cariba» que en realidad significaba «valeroso».

Los indios que habitaban ese lugar solían comer carne humana muchas veces por placer y en otras ocasiones como parte de un ritual religioso.

El término correcto para referirse a este tipo de actividades en realidad es antropofagia, que etimológicamente significa comer carne humana.

Como veremos con el transcurso del tiempo en estos informes,  ningún otro rincón del mundo acumuló en la historia tantos asesinos caníbales (voy a usar el término popular) como Rusia y los Estados Unidos.

Andrei Romanovich Chikatilo nació el 16 de octubre de 1936 en el pueblo de Yablochnoye en Ucrania.

Por aquellos años las políticas económicas desastrosas de Joseph Stalin generaron en esa región en particular el Holodomor, más conocido como el Holocausto Ucraniano en el que murieron millones de personas por inanición.

Esto empeoró cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y el ejército alemán cercó San Petersburgo durante 900 días.

Durante ese momento terrible de la historia rusa, los niños no podían salir a las calles ya que eran raptados y posteriormente devorados por hombres y mujeres desesperados que necesitaban comer.

Se estima que el ejército ruso llegó a detener a más de 200 personas para contener el desastre que ocurría con los chicos.

En este contexto se desarrolló la infancia de Andrei.

Su padre cayó prisionero durante la guerra y su madre fue la que tuvo que luchar a diario para sostener lo que le quedaba de su familia.

Stephan, el hijo mayor de la familia Chikatilo fue secuestrado por unos vecinos que en la desesperación se comieron al chico.

Este hecho tuvo un impacto psicológico tremendo en Andrei, quien desde muy temprana edad tuvo que aprender a convivir con los restos humanos que abundaban en las calles producto de la guerra.

Estos traumas sumados a una miopía que le generaba cargadas constantes por parte de los chicos de su edad hicieron que el joven Chikatilo se orinara en la cama hasta los 12 años.

Durante ese tiempo comenzó a fantasear con torturar al resto de los niños que le hacían la vida imposible.

El segundo hecho traumático en la vida del futuro criminal se produjo cuando tenía 15 años.

Un día se abalanzó contra una amiga de su hermana menor y durante el forcejeo de la chica para sacarse de encima a Andrei, el joven eyaculó.

Esa conexión entre el hecho violento y la eyaculación alteró su cabeza para siempre.

A medida que fue creciendo su temor hacia las mujeres aumentó al igual que sus problemas sexuales.

Llegó un momento en que no podía abrazar una chica sin eyacular.

Andrei sirvió en el ejército ruso y luego decidió dedicarse de lleno a los estudios, donde se recibió de maestro en lengua, literatura rusa,  ingeniería y marxismo-leninismo.

Su fijación con el comunismo y los dogmas políticos fue demencial.

lasvactimasEn 1971 comenzó a trabajar como profesor en una escuela primaria. Ahí aprendió a tratar con niños pequeños a quienes más tarde lograría manipular para cometer sus crímenes.

Con los estudiantes mayores la relación era distinta. Los alumnos lo cargaban todo el tiempo por su aspecto afeminado e inclusive llegaban a sacarlo a patadas de las aulas. No le tenían el menor respeto y al cabo de un tiempo comenzó a llevar un cuchillo a la escuela para defenderse.

En 1973 durante una excursión escolar abusó sexualmente de Lyuba Terentayeba y terminó expulsado del colegio.

Pese a todo consiguió trabajar en otros establecimientos. Para esta época ya hacía un tiempo que estaba casado con su mujer, Fayina, quien lo tenía totalmente sometido.

Pese a sus problemas sexuales logró tener dos hijos, Lyudmila y Yuri.

Tras el nacimiento del segundo niño la relaciones intimas con su mujer se terminaron por completo y Andrei se convirtió en un ser asexuado.

Sin embargo, para quienes lo trataban diariamente, el hombre era una persona común y corriente. La primera imagen que ilustra esta nota era la que la familia Chikatilo daba en la sociedad.

Andrei era un hombre muy respetado dentro del Partido Comunista y sus vecinos lo veían como un padre ejemplar.

Jamás le gritó a sus hijos ni tuvo acciones violentas hacia ellos y su mujer.

Tras la violación y asesinato en 1978 de Lena Zaktnova, el hombre no pudo parar de canalizar toda la furia y violencia que tenía contenida.

¿Por qué niños tan chicos ?

Porque era a quienes mejor podía manipular. Su experiencia como docente le había enseñado a comunicarse con ellos y su aspecto físico tampoco era amenazador.

Los especialistas en criminología afirman que los asesinos sexuales utilizan la violencia para elevar su autoestima y ocultar su deficiencia sexual.

Para vencer esa frustración someten a sus víctimas salvajemente.

Ese fue el caso de Chikatilo.

Siempre usaba los mismo métodos. A las niñas solía cortarle los pezones y los pechos con cuchillos o con sus dientes, para luego extirparle los úteros.

Sus cortes eran tan precisos que durante las investigaciones del caso mucho médicos fueron interrogados.

Mientras las violaba su agitación era tan grande que las desfiguraba a golpes. Generalmente para ocultar su impotencia luego de acabar (ya que lo hacía sin tener una erección) recogía con un cuchillo el semen y luego lo colocaba en la vagina de su víctima.

En el caso de los varones , los ataba para después desfigurarlos a golpes y mutilarles los testículos que coleccionaba como trofeos.

Con los chicos su placer pasaba por maltratar los genitales.

En ambos casos, siempre les quitaba los ojos, ya que no podía tolerar la mirada de desesperación de los niños.

En la mayoría de sus crímenes fue común que practicara el canibalismo, debido a que le gustaba comerse las partes blandas de los cuerpos.

chikatilo_cabezahumanaA mediado de los años ´80,  la investigación del Mayor Fetisov contaba con un gran número de agentes que buscaban con desesperación al asesino.

En la tercera imagen se puede ver a los  especialistas forenses con una cabeza decapitada de una de las víctimas.

Andrei trabajaba en ese momento como funcionario de abastecimiento en una fábrica.

En septiembre de 1984,  los interrogatorios llegaron a su trabajo y como el hombre daba con la edad que presentaba el perfil de la policía fue detenido.

Chikatilo no se resistió y colaboró sin problemas. Por el esperma  encontrado en los cuerpos de las víctimas la policía tenía la información que la sangre del delincuente era del grupo AB.

Andrei se sometió a un extracción de sangre y se comprobó que su grupo sanguíneo era A.

Inmediatamente quedó libre y descartado. El mayor Fetisov le agradeció la cooperación al hombre que buscaba y lo dejó ir.

Le quedaban 26.500 sospechosos por estudiar.

Tras la detención Chikatilo dejó de matar durante un largo tiempo para no exponerse otra vez. Acá es que se produce una interrupción en las constantes apariciones de cadáveres.

No se registraron crímenes hasta 1987,  cuando volvió a atacar nuevamente. Esta vez, las víctimas aparecieron cerca de la estación de tren de  Dolenskhoz.

Noviembre de 1990.

Igor Rivakov era uno de los cientos de agentes que caminaba por las calles de Rostov en busca de algo inusual.

El hombre que salía del bosque estaba vestido con traje, eso era raro.

Sin embargo todavía era más inusual que el sujeto se acercara a una fuente para limpiarse  las manos y  la cara manchadas de algo que  Rostov aseguraba haber reconocido como sangre.

Cuando llegó al sospechoso  le tomó los datos personales como una simple rutina. Ahora no podía comprobar que el tipo estaba manchado con sangre y no tenía motivos para detenerlo.

Bueno, por lo menos tenía algo para presentarles a sus jefes después de varias semanas sin novedades.

A esta altura el Mayor Fetisov y el doctor Bukarov se encontraban estancados en un pozo de frustración enorme.

El comunismo había caído, vivían en nuevo mundo, pero su trabajo seguía sin avanzar desde 1982. Ahora el asesino era un tema de discusión nacional y se debatía en los medios. La presión política también aumentaba y no tenían un sólo indicio que por lo menos les ayudara a mantener la esperanza que iban a atrapar al psicópata.

Todos los cadáveres que seguían apareciendo eran crímenes sin resolver.

Entonces apareció el informe del agente Ribakov.

Andrei Chikatilo, 54 años, merodeando por el bosque. El oficial aseguraba que lo había visto limpiarse las manos y la cara de lo que parecía ser sangre.

¿Qué hacía un tipo vestido de traje caminando por un bosque?

Cuando investigaron el nombre descubrieron que ya lo habían interrogado. Estaba limpio. Inclusive el análisis de sangre lo descartaba como sospechoso.

El asunto les generaba ruido a los investigadores. Algo no estaba bien con el informe de Ribakov.

Un hombre vestido de traje en la zona boscosa cercana a la estación de tren.

Unos días después la policía encontró en ese bosque el cuerpo de Sveta Korostrik, de 22 años.

El cadáver aparecía con las mismas características que los anteriores.

Fetisov ordenó el arresto inmediato de Chikatilo.

Esta vez todo el equipo se concentró en el sospechoso y apareció la información del abuso sexual en la escuela.

Necesitaban hacer confesar a Andrei.

La tarea fue un fracaso. El hombre no era un típico delincuente callejero. Estaban lidiando con un intelectual con varias carreras universitarias que pensaba y les hacía creer a los investigadores que todo había sido un mal entendido.

Mientras hacían averiguaciones sobre el sospechoso, encerraron al hombre en una celda con otro preso. Un oficial encubierto que estaba ahí para tratar de sacarle información a Chikatilo. También fracasó.

Registraron la casa de Andrei y no encontraron nada importante salvo por una caja con 23 cuchillos. Nunca pudieron comprobar que los elementos se hubieran utilizado en algún crimen. Como prueba para acusarlo no servían para nada.

Fetisov jugó su última carta.

Decidió convocar a Issa Kostoyev el interrogador más implacable de la vieja KGB.  Su historial era excelente. Mas de 300 interrogatorios exitosos y unos pocos fallidos.

Su misión era entrar en la cabeza del  asesino y quebrarlo como había hecho en tantas ocasiones con otros detenidos.

Kostoyev aceptó la tarea. Para él era un trabajo más de rutina, después de su experiencia en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Lo que Issa no sabía era que un nuevo fracaso se sumaría a su lista de interrogatorios fallidos.

Continuará….

La última parte en el siguiente link:

https://www.hugozapata.com.ar/2009/04/andrei-chikatilo-la-bestia-de-rostov-2/

4 comentarios en «Andrei Chikatilo: La bestia de Rostov»

  • Siempre me parecio muy interesante el entorno en que se desarrollan los asesionos seriales, y en este caso no tiene desperdicio. Es increible que no hayan salido más como el con esa infancia, si hasta se comieron al hermano!.
    Me quedo la duda sobre el analisis de sangre, pero espero la tercera entrega para entender mejor.
    Ayer dije que el informe era una muy buena forma de empezar la semana, hoy con la tercera foto, acabo de arruinar mi cafe con tostadas.
    Saludos Hugo.

  • y despues hay pelotudos que defienden a lenin…

  • ¡¡Esa foto!! jajaja que suerte que no estaba desayunando.

    Muy bueno, YA mismo me voy a leer el final…

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