Crónicas policiales

Jeffrey Dahmer: El Carnicero de Milwaukee

SEGUNDA PARTE

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Si la policía se hubiese preocupado por tratar de comprender las desesperadas señales de auxilio que les había hecho Konerak Sinthasomphone, en lugar de creer que el joven sólo estaba drogado, si tan sólo  se hubieran tomado el trabajo de ver por qué el olor que había en el departamento del criminal era nauseabundo, varias muertes innecesarias se podrían haber evitado.

Luego de estrangular a Konerak y desmembrar su cuerpo,  Dahmer asesinó en las siguientes semanas a Matt Turner (30 de junio de 1991), Jeremiah Weinberger (5 de julio de 1991), Oliver Lacy (12 de julio de 1991) y Joseph Braderhoft (19 de julio de 1991).

Las edades de las víctimas oscilaban entre los 20 y 25 años y todos eran negros.

El 21 de julio, dos días después de su último crimen, Jeff llevó a su departamento a Tracy Edwards.

Todo marchaba con normalidad para el canibal  hasta que esposó a su víctima y este en lugar de gritar comenzó a pelear desesperadamente antes que las drogas que le habían puesto a la bebida surtieran efecto.

Edwards tenía la contextura física como para sacarse de encima al asesino a golpes y huyó corriendo del departamentó. Dahmer no lo persiguió, según declaró más tarde el hombre.

Cuando la polícía encontró a Tracy lo acompañaron hasta el edificio de Jeff, quien una vez más intentó convencer a los oficiales que sólo estaba jugando con «su pareja».

Sin embargo, en esta ocasión los policías no compraron el discurso del psicópata tan facilmente. Jeffrey, para demostrar que todo era un juego,  se dirigió a una habitación a buscar las llaves de las esposas,  así liberaba a Edwards y dejaba en claro que todo había sido una confusión.

Un oficial decidió seguirlo y ese fue el fin.

En la sala había fotos de cuerpos desmembrados  y en un placard se encontraban calaveras pintadas y penes mutilados. Cuando el oficial le gritó a su compañero que se acercara  a la habitación,  Dahmer intentó escapar y los policías lo redujeron e inmediatamente lo esposaron.

Todavía no habían visto nada. Cuando empezaron a registrar la casa y se dieron cuenta que el olor putrefacto venía de la cocina,  al abrir la heladera encontraron la cabeza mutilada de un hombre acompañada de otros restos humanos.

En el frezeer guardaba otras tres cabezas y en el mismo lugar encontraron el famoso contenedor con ácido donde flotaban tres torsos.

En la segunda foto se puede ver el momento en que la policía retiraba el tacho con los restos humanos del departamento.

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El 22 de febrero de 1992 fue enjuiciado y Dahmer se declaró inocente, pero a los pocos días cambió su declaración debido a las abundantes pruebas que habían en su contra.

En otra palabras, estaba hasta la manos y para la fiscalía lograr la condena del Carnicero de Milwaukee fue un trámite.

Gerard Boyle el abogado defenzor de Jeffrey lo convenció para que se declarara culpable con atenuante de enajenación mental, con el objtivo de  que lo encerraran en una prisión especial para enfermos mentales, pero no tuvo éxito.

«Yo no odio a nadie. Sé que estaba mal o poseido, pero ahora creo que estaba enfermo. Los doctores me explicaron mi enfermedad y ahora tengo paz. Sé todo el daño que causé y agradesco a Dios que ya no podré lastimar a nadie.  Creo que el Señor Jesucristo puede salvarme de mis pecados» declaró Dahmer antes de escuchar la sentencia.

En el estado de Wisconsin no existe la pena de muerte por lo que el asesino fue condenado a un mínimo de 937 años de prisión.

Me causan gracia esos términos jurídicos porque parecería  que las leyes norteamericanas fueron creadas por Highlander. «Un mínimo  de 937 años»!

Vale destacar que el juicio, aunque fue breve se desarrolló con medidas de máxima seguridad debido a que había una consternación enorme por parte de la comunidad negra y se temían atentados contra el criminal.

Jeffrey Dahmer fue enviado al Instituto Correcional Columbia, en la ciudad de Portage, Wisconsin, donde se destacó como un preso modelo que renació gracias al evangelismo.

Llegó a brindar un par de entrevista para la televisión donde declaró como la palabra de Dios había transformado su vida. En un principio lo mantuvieron alejado de los otros presos,  especialmente los negros, que conocían su historia y estaban furiosos.

Poco después de su bautismo un hombre intentó degollarlo mientras el psicópata asistía a misa, pero Dahmer logró salir con vida del atentado con algunas heridas en su rostro.

Pese a todo, Jeffrey, quien contaba con vigilancia personal,  fue de a poco tomando contacto con el resto del penal  y comenzó trabajar en tareas de limpieza.

El 22 de noviembre de 1994 los guardias de seguridad que solían custodiarlo  por razones desconocidas lo dejaron solo con otros dos presos en el gimnasio.

Uno de ellos era Jesse Anderson, un asesino que había matado de 23 puñaladas a su esposa y había culpado del crimen a dos supuestos hombres negros que nunca existieron.

En el lugar también se encontraba Christopher Scarver, un criminal negro esquizofrénico que tenía muchos roses con los presos blancos.

Cuando los guardias lo vieron a Scarver volver temprano a su celda le preguntaron por qué no estaba haciendo ejercicios.

Su respuesta fue:» Dios me lo dijo. Ya te vas a enterar en las noticias de las seis. Jesse Anderson y Jeff Dahmer están muertos«.

Los guardias corrieron  al gimnasio y encontraron a los dos hombres con los rostros destrozados.

Jeffrey murió mientras lo llevaban  al hospital. Scarver lo había matado a golpes con una pesa.

Las ironías de la vida. El criminal fue asesinado con la misma clase de objeto que él había utilizado en su primer crimen años atras.

A partir de este hecho se prohibieron el uso de pesas en las prisiones norteamericanas de máxima seguridad,  aunque eso no se ve por lo general en la películas.

Tras la muerte de Dhamer ser produjo todo un conflicto legal por la posesión de su cerebro. La madre quería donarlo a un hospital para que fuera estudiado por médicos y el padre deseaba enterrarlo.

El hombre ganó la disputa en tribunales y el cuerpo de Dahmer finalmente  fue cremado de acuerdo a sus deseos.

Poco después de la detención del asesino los vecinos que vivian en los departamentos Oxford donde se habían cometidos los crímenes se mudaron a otras viviendas y eventualmente el edificio fue demolido.

Hoy es un terreno baldió cercado como se puede ver en la última imagen.

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En 1994 Lionel Dahmer escribió «A Father´s Story«, donde contó la vida de su hijo y cómo procesó los hechos  al enterarse los asesinatos que cometió en los últimos años. Todas  las ganancias del libro fueron destinadas a los familares de las víctimas.

La historia de Dahmer fue llevada dos veces al cine. La primera The Secret Life: Jeff Dahmer en 1993, un año antes de la muerte del psicópata y la última en el 2002, titulada Dahmer, que estuvo protagonizada por Jeremy Ranner (SWAT, Exterminio).

Lo que acaban de leer fue sólo un resumen de este caso policial. Hay muchos detalles relacionados con los crímenes que dejé afuera porque la nota se hacía interminable y en realidad todo giraba sobre  lo mismo.

Dahmer con el tiempo detalló lo que había hecho con cada una de sus víctimas.

A quienes deseen profundizar en este caso les recomiendo el libro «El hombre que no mató lo suficiente: Los macabros secretos del Carinicero de Milwaukee» de Anne E Schwartz, la primer periodista que entró al departamento del criminal luego de su detención.

El libro fue editado en castellano  bajo la colección española Crónicas del Mal, la misma que sacó el libro de Arthur Conan Doyle sobre crímenes reales que ya les mencioné en otra nota.

Esta fue otra  historia  sobre casos policiales recientes que resulta bastante escalofriante cuando uno toma conocimiento de los hechos.

Si les interesó este tema no se pierdan el próximo post.

7 comentarios en «Jeffrey Dahmer: El Carnicero de Milwaukee»

  • vamos huguito,no afloje!!!!

  • Que buena culminación que tuvo el artículo.
    Ya me parecía oir una voz en off tuya sobre ese baldio abandonado á la «Masacre de Texas».

    El tema de víctimas blancas y negras lo leí hace poco en un libro de Katzenbach, que transcurría por esa época, y la policía se desvivía por encontrar a la nena blanca y las nenas negras seguían desaparecidas y nadie se interesaba realmente.

    Me gustó el acto noble que hizo el padre, al escribir el libro y donar lo recaudado a las familias de las víctimas, si la mitad de esa gente tenía el morbo de leer el libro, ya las ganancias eran millonarias.

    Otro muy buen artículo Hugo, me encantó.

    Podrá ser que hagas uno sobre Charles Manson? Tengo mucha curiosidad por él.

  • Hugo, gran final para una historia tetrica. Te felicito, por el articulo y el blog, que es uno de los pocos que sigo dia a dia.
    Saludos

  • No kerias entrar en detalles por ke se hacia interminable?Por mi me leia hasta ke termine.Es increible ke despues de ke la policia viera todos los cuerpos,huesos,etc. se declarara el mismo inocente.Me imagino ke el proximo post es sobre otro lokito asesino,no?

  • Lo que pasa con los detalles era que no me daba para describir lo que le hizo a cada tipo.
    El relato se estancaba y no avanzaba en la historia, entonces puse los detalles más importantes sobre lo que coleccionaba y el método general que utilizaba.

    Lucas, Manson es una fija, que voy a hacer en algún momento!
    El tema con esa historia es que es una trama bastante compleja porque se trata de un clan, donde hay varios personajes interesantes, no es sólo Charles y para hacerlo como yo quiero me va llevar bastante tiempo armarlo.

    Si, lo pienso incluir en esta serie de notas de cabeza. No se si va a ser el próximo, pero ya va a aparecer.

    Saludos!

  • jajaja que frase oportuna «en esta serie de notas de cabeza» jajajaja

    Excelente final para una historia tétrica…! Pero… y las fotos? jaja

    Saludos Hugo!!

  • Arwen no te voy mentir.
    Ayer mientras editaba la nota me di cuenta que la foto era una víctima que pertenecía a otro asesino serial!

    Se me mezclaron los muertos!
    Le estaba encajando a Dhamer un fiambre que no le correspondía!

    Nunca mando fruta en las notas, a lo sumo si me eqivoco fue un error mio pero no porque tiré cualquier cosa al propósito.

    Por eso no viste la imagen.

    Igual con las dos que mandé cumplí me parece con la cuota de morbo.

    Ya la vas a ver la otra , porque la voy usar en el futuro.
    saludos!

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